29.9.06

¿HAY ALGUIEN AHÍ? (De las crónicas del "fantasma que se alivia")


“No soy un fantasma propiamente dicho; no al menos en el sentido habitual, pues mi apariencia es corriente. Soy propietario de un pequeño establecimiento comercial situado en las traseras de un barrio metropolitano, tengo necesidades fisiológicas y probablemente afectivas. Duermo habitualmente unas seis horas, enfermo de catarros y gripes unas cinco o seis veces al año, no me gustan los animales pero tampoco me disgustan. Bebo de vez en cuando... No. Bebo todos los días.

Me gusta el olor a basura pero no me gusta hurgar en la basura. Es por esto que cuando voy al bar a tomar un vino, a menudo busco un lugar cercano a una papelera. Una vez oriné en una de esas papeleras sin que nadie se diese cuenta. Hoy en día lo hago siempre que voy a un bar. Si no hay papelera, orino encima de cualquier silla o encima de algún perro. En el parque lo hago encima de palomas y encima de niños.

El caso es que cuando tengo ganas, meo encima de cualquier cosa a la vista de todo el mundo. Una vez oriné en el pelo de un señor que se agachó a coger un dinero. Dijo esto: “Creo que está empezando a llover”.
A estas alturas me he dado cuenta de que cuando orino, y solo en ese momento, nadie me ve. Observen:

—Hola, señora, ¿tiene hora?
—Si, son las… doce y veinticinco
—Muchas gracias —y (al mismo tiempo que desaparezco) le dirijo inequívocamente un chorro de pis hacia el interior del bolso para después, todavía con la vejiga a la mitad de su capacidad, apuntar el chorro directamente a sus ojos pero solo consigo llegar a su pecho, pues la fuerza de expulsión comienza a decrecer, aun así me recreo un ratito dibujando graciosas figuraciones descendentes en su vestido aprovechando las últimas inercias—
—Pero, ¿qué es esto?

En ese momento, como obedeciendo a un extraño automatismo, la señora arremete contra un niño que pasaba cerca y le golpea repetidas veces con el bolso en la cabeza gritándole “¡cochino! ¿eso es lo que te enseñan en casa?”, mientras expulso mis últimas gotitas en un pliegue de su abrigo.

Por eso digo que tengo propiedades de fantasma aunque solo cuando orino. Soy “el fantasma que se alivia” según los que estudian el fenómeno. Dicen que han llegado a sacar fotos en las cuales se puede observar cómo una vaporosa figura espectral descarga sus orines en una taza de café situada en el mostrador de una zapatería de caballeros.

El caso tiene al parecer una gran repercusión no solo aquí, sino también en los países vecinos y no hay programa de radio o televisión o revista o periódico que no mencione el asunto de una forma o de otra. Estoy de moda, pero nadie sabe que soy yo. La fama no significa nada para mí. Solo quiero estar tranquilo y orinar donde me plazca. No me importa que una reunión de vecinos sea interminable, o que me entren ganas cuando estoy en el cine o cuando viajo en autobús o cuando espero en una cola inacabable. Me alivio y me divierto al mismo tiempo.
Eso es todo.“


Los astronautas del espacio interior aseguran que una puerta de entrada a otros mundos sería abierta en el momento en que se anulase el sentido de vergüenza y pudor. ¿Alguien podría probar esto con el fin de verificar esa hipótesis? De ser así, que nos lo cuente mientras dormimos, en ese estado es más fácil recibir ese tipo de información sin la censura de los prejuicios asociados al estado de vigilia.

28.9.06

TE VEO EN TODAS PARTES

27.9.06

CREO QUE HAY UN SEÑOR ESCONDIDO EN ESE PORTAL


• “Desde hace unos días noto la extraña sensación de que me huelen. Si, alguien me huele a intervalos irregulares. Hay días que solo me huelen dos veces.” (El huésped de abajo)

• “Recuerdo esto: voy de camino a la consulta del médico, el doctor M.Mendíbil. Es hace muchos años, pero el recuerdo de ese mundo está teniendo lugar ahora. Los sonidos se escuchan como a través de una pequeña sordina italiana. Me pregunto cómo voy a hacer para situarme en un tiempo y lugar que ya no existen. Lo haré sin embargo, por pura inercia. Como no podía ser de otra manera.
Estoy en el médico.” (Super normal)

• “¿Se ha dado cuenta, caballero, de la relación existente entre su pregunta inicial y la última pregunta que pueda usted hacerse en su lecho de muerte cuando ésta salga a su encuentro? No se preocupe, nadie le va a señalar por la calle profiriendo gritos y consignas hostiles contra usted por ese motivo. A cambio puede escoger que le echen al río de los músicos y los humoristas. Se está creado una fauna fluvial realmente extravagante. Una planta se comió un bolso y un niño se meó. Ahora que ya han pasado los picores, llegan los escozores, todavía hay rescoldillos de placer. Después dolor a secas. No es necesario que añada sufrimiento. Su muelle nos lo quedamos.” (El hijo del conserje, que es inspector de aduanas)

• Azul turquesa con marrón, pero un marrón bonito, quizá por contraste con el azul, el líquido en el frasco no investiga asesinatos, la cuerda floja, mucho antes del ADN. Las pruebas no salen. El encargado de las cremas vive detrás de los camiones. No le miréis mucho rato, va a expulsar. Es inocente. (Un policía retirado. Vive en la buhardilla).

LA INVESTIGACIÓN

“Hay un lío de recipientillos de cristal por todas partes que me impide llegar a las estanterías… ay… aa… ¡ahora! ¿te lo echo? ah, que no hay nadie.”

SU VIDA DESPUÉS DEL INCIDENTE

He ido a devolver una peli, he llegado al sitio, he parado el coche, me bajo del coche y en lugar de entrar en el cajero de pelis, me fijo en un señor muy mayor con un gorrito pardo que pasea en la noche por las calles solitarias. Va canturreando. Lo sigo [ ]. Está contento. Yo también.
Otro día me lo encuentro de nuevo. Vuelve a canturrear, lo sigo de nuevo [ ], vuelve a estar contento, vuelvo yo también a estar contento.


• “Mamá, hay un busano.” (Un niño que juega en el suelo con lo que cree que es un muñeco muy grande)

26.9.06

Isra y Bob


Bob, si tu intención es volver a contar ese chiste sobre los recién casados y el bebé Bob ese que aparece pintado, etc… házlo. En su momento, algo te hizo gracia en ese chiste y quieres hacernos partícipes de ello. No te preocupes, te escucharemos como si fuese la primera vez. Lo de la risa… no esperes que sea como el primer día, pero seguro que alguien hilvanará alguna. Estáte atento.

Ayer me dijo Isra alguna cosa sobre el segundo pase. ¿sabes a qué se refería?

Lo de aparcar no va a ser ningún problema. Isra está en quinto de “parking creativo”. Además, seguro que le sale Florian, ese ser con mejillas rosadas y un poco ausente que aparca tan bien.

¿A qué hora me has dicho que tocáis?

23.9.06

LAGRIMAS CALIENTES

22.9.06

SOLARIA



Solaria dierses claria
ludonosa dierses tempo
sobrel termos, plaria aqüaria.
Besar ana deledear, plavia claria,
se labia agraria. Viaria alaria…

Sea lea dea,
Gea dera vonte,
envara videlia
Gea delias fonte.

Claria siendas clarias, fonantandeo mientes
Delari, Geasand, Annand, Allan, Rallan…
Sidia, lexia, (Gea delias vantes)

Sendan vera flabia,
desdes claria
perlas plaria aqüaria.

Vieba, ainean vieba…
------, -------, --- --ia.

17.9.06

AIRE



(Carta extraviada en el mostrador de información de una estación de ferrocarril en cuyo remite aparecían las iniciales B.V.)

Evora, Portugal, septiembre 2006

“Mi querido Ruti, si supieras la infinita ternura que tu propensión a tropezar con casi todo me provoca, mi vida… pero yo también tengo otras cosas en mi corazón… Sabes que mi padre nunca aprobó lo de las cámaras frigoríficas, sobre todo la “cámara tres”; ya te dije que a su edad ya no producía encimas suficientes para apaciguar sus violentas digestiones.
También querría llamarte la atención sobre el hecho de que los, según tu criterio, necesarios “traslados de muestras”, a parte de poco discretos, causan un impacto en el entorno, a mi modo de ver inaceptable.

Además, como sin duda ya sabes, es del todo imposible posponer mi viaje a Nagora, siento muchísimo lo de tus dolores en el pecho, mi vida, ya verás que para cuando yo regrese, te habrás recuperado del todo; por otro lado, no te lo tomes a mal, pero me has puesto en tan difícil situación después de tirar mis cedeuves al contenedor de la basura (no te preocupes, conozco bien tus limitaciones), que necesito reponer con la mayor urgencia esa información perdida, y de paso reestablecer de nuevo mi equilibrio nervioso. Pero dime, ¿qué te llevó a pensar que eran posavasos inservibles? Cierto es, que eso es lo que son la mayoría de ellos, a pesar de que nunca se usen en realidad para posar vasos encima.

En fin…

Ahora, tengo que dejarte doctorcito, voy a iniciar mi pequeña ceremonia diaria (“todo lo que pienso son imágenes que yo misma he creado)…

Cúrate pronto, mi cielo. Besos”

EN ESOS MOMENTOS EL DR. RÖEGTER DABA UNA CONFERENCIA EN EL INSTITUTO PREVER DE RECURSOS GENÉTICOS…

“Basta de charla. Si nos tirásemos de un avión a 12000 metros de altura y descendiésemos con la boca muy abierta y sin oponer resistencia a la entrada de aire, con ayuda de un embudo trompetero cosido a las encías sin dejar comisuras abiertas, podríamos mantenernos flotando (en el aire) con una autonomía de vuelo de unas 30 horas sin repostar (aire). Todo ello sin herramientas ni carcasas, un poco de impulso antes de llegar al suelo sería suficiente para dar por concluida la caída [ ]…

¿Sería posible hinchar una bolsa de agua caliente hasta que el peso del aire fuese superior al de la goma? Si eso llegara a suceder, una vez cerrada, con el impulso de una pequeña patadita rasa, se elevaría (la bolsa) en el aire adquiriendo algunos de los privilegios de la paloma común, así como la mayoría de los privilegios de una bolsa de basura inflada y, desde luego, todos los privilegios de un globo (inflado también).
Pero la goma de las bolsas de agua caliente es diferente de la de los globos y no hablamos solo de grosor, no. Hablamos de dureza. La dureza elástica es el gran privilegio de la bolsa de agua caliente. Eres una cerda.”

(Sin murmullos apreciables entre la concurrencia. El Dr. guardó un minuto y medio de silencio. Al término del mismo pareció regresar de un pequeño trance introspectivo y continuó hablando)

“Antes de seguir con las conclusiones y las preguntas, tengo que pedir a los señores profesores que sean testigos de un singular sueño que he tenido esta pasada madrugada. Voy a relatarlo imprimiéndole un cierto aire de cuento infantil para no herir sus sensibilidades:

Había una vez, hace mucho tiempo, en un lugar muy, pero que muy lejano, una cerda. Sí, eso es lo que había esa vez a la que nos hemos referido. Una cerda. La verdad es que había mucho una cerda, había tanto esa cerda que ese cuento es todo el rato así. El principio, el medio y el fin, son la misma cosa.

El libro que cuente ese cuento ha de ser un libro de una sola página transparente para que pueda leerse por delante y por detrás, cuyo único texto que hace a la vez las veces de título y de historia, es el siguiente: ‘LA CERDA’.

Y bien, ¿qué piensan ustedes? ”.

DESPUÉS DEL DISCURSO Y DEL CÓCTEL Y DE LAS DESPEDIDAS, UNA VEZ LLEGADO A SU RESIDENCIA, EL DR. RÖEGTER SE DEJA CAER SOBRE UN CAMASTRO SITUADO EN UN RINCÓN DEL LABORATORIO DEL SÓTANO 2… SE SIRVE UNA CUARTA DE VOZKA EN UN RECIPIENTE DE LATÓN VERDE Y ABRE UN LIBRO CUYO TÍTULO ES 'NACIDO Y MORTAL'. LEE DETENIDAMENTE, COMO CADA NOCHE, LA DEDICATORIA QUE APARECE EN UNA DE SUS PRIMERAS PÁGINAS:

“Si todo lo que hay entre un objeto y nosotros es tan sólo aire, mejor seguir aquí abajo, con las culebrillas y los rotamuelles”


*******


Viento del sur, o del norte
o de poniente o de levante
o vientos de cólera,
o canas al viento (¿es esa la expresión de quienes suplican un recreo que no les pertenece, un recreo robado?)
Viento, sin embargo.
Aire en movimiento. Al final aire sólo.

Leyendas en el aire,
castillos en el mismo lugar,
¿es el aire un lugar?



15.9.06

COMENTARIOS


Perdidos y a la vez hallados en el mar de la conciencia.
Sin caras, sin forma.
Ni siquiera la mía, ni siquiera la de nadie.

Mil almas una.

14.9.06

HABLA DE ESO





Este momento pertenece a la famosa tarde del domingo.
Estas son algunas de las posibles situaciones o estados que pueden darse en ese singular período:

• Resaca (estómago)
• Enamoramiento de última hora (boca del estómago y pecho)
• Soledad (corazón)
• Nostalgias (pecho, y garganta en algunos casos)
• Un barrunto sombrío flotando encima de la cabeza a modo de humillo gris, vaticinando oscuros pesares. Mañana es lunes.
• La libertad “¿qué día es hoy?”
• Un día más sin saber de ti. Un patio vacío
• Dulce sonrisa (esa es la persona, esa es). La mezcla de sol y fresco…
• Todas esas revistas y todos esos frascos y esa ropa que nunca (y siempre lo he sabido) me pongo; todo eso va a ir a la basura. El próximo domingo.
• A media tarde unos chavales bostezan alrededor de la mesa de un bar, una señora barre, un perro duerme, te espero aquí abajo, el cielo está en los charcos…
• Aunque ya es casi de noche, no es tan de noche como para clausurar la vida. Además, quieras o no quieras, la vida permanecerá de todas formas abierta también por la noche. Para las criaturillas que la habitan. Para ellas también la vida se abre.
• Un pensamiento, un sueño…

13.9.06

SUPER NORMAL Y EL MISTERIO DEL ANTIFAZ DE FIELTRO MARRÓN



—…así que, una vez compulsados y bastanteados, deshágase de ellos, sobre todo de uno de ellos, por el método habitual. Puede marcharse.

Super Normal, que en ese momento se encontraba hojeando revistas de decoración de baños en la salita de espera de una franquicia del sector de la peluquería, no pudo evitar oír esa conversación cuyo significado no tenía para él el menor significado. Cuando escuchó su nombre por un megafonillo que coronaba una especie de pesebre asentado sobre una mesilla con ruedas, no pudo evitar levantarse con el firme propósito de seguir aconteciendo.

—¿Cómo quiere que le corte?
—Usted corte y siga su impulso natural

El peluquero pensó: “¿Mi impulso natural? ¡Usted me está impulsando! ¡Incúlpese!” pero dijo:

—¿De verdad se fía de mí?
—Hacer un corte de pelo normal no exige tanta energía. En realidad lo podría hacer cualquier aprendiz mínimamente instruído. Además usted está acostumbrado, así pues, ¿cuál es el problema?

El peluquero pensó: “¿Tiene hora? Bonito reloj" pero dijo:

—Allá vamos. ¿Ha visto esos muñecos del futbolista ese por la tele? Mi hijo quería uno pero no los venden, ¿se da usted cuenta?
Etc.

En ese mismo instante, no muy lejos de ese lugar, dos señores discutían acaloradamente a la vez que intentaban recoger un montón de papeles que habían salido volando en todas direcciones. Un niño que lo había visto todo desde lo alto de una farola, gritaba (repitiendo) algo sobre UN ANTIFAZ DE PLÁSTICO AZUL.

11.9.06

SUPER NORMAL HACE UN VIAJE EN COCHE


Una mujer entrega unos folios en una dependencia de policía. Se trata de un texto realizado a modo de escritura automática. Ella es pobre y posee una formación extraordinariamente básica (según nos comenta su agente). Afirma que “un hombre entró de repente en mi cabeza cuando iba a recoger una cosa que se me había caído al suelo. Entonces me entraron ganas de escribir y me decía la voz todo eso de que iba en un coche y todas esas cosas tan… normales… Pero, ¿qué me está pasando?”. En ese momento sufrió un vahído y tuvo que ser atendida en su propia ambulancia.

La fecha de ese suceso habría que situarla durante los “años de juventud” de S.N.

Este es el texto íntegro y sin correciones:


“Voy yendo en coche. Está oscureciendo. Vaya, qué montón de bichos estrellados en el parabrisas, y el sol detrás…
Advierto que tengo sed, a juzgar por:

• Lo seca que tengo la garganta (mi lengua ha quedado hecha una bola como de fieltro marrón, un material incomprensible)
• Una cierta avidez de líquidos de carácter animal, primario, como de las criaturas hijas de la tierra
• El hecho de que hable de ella

Así que cojo una botella de agua tibia que debe de andar por ahí. Pero no me importa lo de que esté tibia, eso es mil veces preferible a que esté verdaderamente caliente.

Bebo.

Está incluso más fresquita de lo que yo suponía, lo cual me proporciona un suave y continuado deleite que modulo a la medida de mis requerimientos en cuanto a “presión de salida de aguas”, dado que hay baches. Bachesss. Baacheeeesss. ¡Basta!

(tarareo una cancioncilla romántica francesa un poco por lo bajini)

Voy a estar un rato fijándome en mí a ver qué pasa.

Pasa esto:

Me encuentro en otra dimensión. Como en las películas de ciencia ficción de los cincuenta. Ninguna película hecha en la actualidad me produce esa sensación de misterio, aventuras verdaderamente lejanas, esa lejanía tan... cercana, miedo al extraterrestre a quien por cierto nunca se llega a conocer del todo, exotismo, recursos muchos e ingeniosos para afrontar las situaciones más inverosímiles, cierto glamour (glamur) de aquél entonces, sexualidad desmandada encubierta, y si no, véase la erótica dimanante de las escenas “bajada de nave” en aquellas realizaciones, y sobre todo un guión en el que se dejaba claro que los “campos de fuerza” eran terriblemente enigmáticos y amenazadores. ¿Cómo te defiendes de esa imposición de voluntad alienante en forma de barrera invisible, infranqueable y con una capacidad ofensiva determinante?

Y a la vez impersonal

Estar en otras dimensiones no es tan difícil como dicen. Es realmente lo normal. La normalidad es la única cosa que es personal e impersonal a la vez. ¿Acaso hay alguna otra que no sea la misma normalidad encubierta?”

6.9.06

LA VERDADERA HISTORIA DEL INCREIBLE HOMBRE PERA



ABRIENDO UNA TRAMPILLA EN EL TECHO DEL GARAJE 67, ACCEDEMOS AL DESPACHO DE UN REPUTADO ANTROPOMORFÓLOGO (SI, EL TECHO ES MUY BAJO). ÉL, NATURALMENTE YA NO SE ENCUENTRA ALLÍ, ES LA HORA DE LA SIESTA DEL BURRO. ABRIENDO UNA TRAMPILLA EN EL TECHO DEL DESPACHO (SIN ASPECTOS VERTICALES RESEÑABLES) ACCEDEMOS A SU DORMITORIO. UNA ESTERILLA VERDE CUBIERTA DE COLILLAS Y RESTOS DE COLACAO EN UNA TAZA, RECUERDO DE TUDELA, ES TODO LO QUE ENCONTRAMOS. HABRÁ IDO AL BAÑO.
EL BAÑO NO EXISTE. PERO ESE NO ES NUESTRO PROBLEMA.
HEMOS HALLADO ESTOS FOLIOS. LOS PONEMOS A SU DISPOSICIÓN:

Apenas hace falta decir que hablamos de un hombre que cambió repentinamente de forma en un período de seis o siete meses. Entonces no es tan repentinamente, ¿le importa?

La forma de un hombre encuentra nutrida representación en muchos cuadros, esculturas, fotos y películas, como ya saben (lo saben, ¿no?).
Pero llega un día en que todo cambia. Con gran obstinación queremos que nos siga (si, nos siga) cabiendo unos pantalones que son los de siempre y que ya no lo son. Ustedes no son, ¿lo son? (no, ¿no?).

—No, ¿no?
—¿No?
—No
—¿Cuántos noes (nos) hemos dicho ya? ¿Son todos nuestros, o suyo?
—Suyo no, suyos
—Yo, si suyos no son, míos no son tampón.

Si creemos que hasta aquí es todo cierto, convendrán conmigo (¿cuándo será eso?) en que ustedes coinciden así mismo conmigo, QUE ES EL QUE FALTABA, en que están de acuerdo conmigo.
Lo mismo da que sea así que no sea así. Estar de acuerdo o no, carece de valor porque los “valoradores”, esos aparatitos verdes insertados en sus cráneos han sido desconectados temporalmente para ser revisados. Yo no sé nada de todo esto, ¿y tú?

—Sí, así si
—Si sí, a secas, ¿sí también? No, ¿no?
—Si, si. Si sí, si
—Y si así si, ¿si? Si, ¿no?
—Si

Hagan cosas distintas de las que han hecho hasta ahora a ver que pasa. Quiten por un momento el precinto, escriban una nueva fecha de caducidad y no ofrezcan resistencia cuando vuelvan a caducar con el fin de facilitar la maniobra de empaquetado. Pronto serán envueltos de nuevo y regalados.

AQUELLOS PADRES FUERON AQUELLA VEZ A AQUEL TEATRO PARA PASAR UN RATO AGRADABLE. NO LOS MATES ANTES DE ESCUCHAR ESTO:

Pedro Osinaga tiene hoyuelos en cara de guiri español. Se ha consolidado la impresión de que es joven. Pero eso ya lo sabían, ¿no? (Ni les pregunto, eso seguro que ya lo sabían. Lo sabían, ¿no?).

—¿No lo sabían?
—¿Quiénes?
—¿Quiénes son quiénes?
—Quienes son quiénes
—Quiénes, ¿al menos vosotros dos tús?

Papá, mamá, papá y mamá, papá y papá, o mamá y mamá. O ninguno de ellos, ahora nosotros, mañana otros.

¡Ráscame en la nuca con unas tijeras que me pica muchísimo! Aunque sé que no puedes rascarme mucho porque podrías estropear el “valorador”. Antes prefiero que me cortes las orejas con cuchillos y tijeras que también sufren las alteraciones de la gravedad ¡QUE HORROR!

*****

El caso es que El Increíble Hombre Pera se sentaba en la parte de atrás del autobús y tosía constantemente. Tanto tosía que el respaldo del asiento delantero quedó pardo, habiendo sido azul claro su color original. Sin embargo lo importante no fueron los cambios de color en los respaldos ni la propensión de sus ojos a explotar, lo verdaderamente importante es que como sólo quería nuestro bien, dejó de fumar y se convirtió en una pera. Con rabillo y todo.
Pero una pera previamente humana puede llegar a toser sus propios regüeldos hasta incendiar de vísceras quemadas los respaldos de todos los asientos del autobús y obligar a todos sus ocupantes a viajar en las rodillas del conductor y aún bajo sus piernas. Hemos ido doblando todos.

El que no dobla pudre.

Un auténtico hombre pera, siempre que vaya desnudo, lleva atado su cinturón a la altura del cuello, pues el volumen de esta parte del cuerpo ha de permanecer a salvo de cualquier variación con el fin de distinguirse de la cabeza. El pecho no requiere vigilancia porque suele permanecer estrecho aunque se amplía al acercarse al abdomen. Es por ello que, siempre que vaya vestido, el pantalón que tantas alegrías le ha dado, tiene que sujetárselo a la altura de los testículos y desentenderse totalmente de la cremallera. Orinar y atarse los zapatos se convierte de esta manera en una acción posible.

Un auténtico hombre pera puede mantenerse de pié aun faltándole las piernas. Pero si decides abrazarlo, tienes que bailar con él el baile de la peonza invertida. Deja que sea él quien te lleve, volverás al mismo sitio una y otra vez. Pero no te preocupes, pasado un rato habréis caducado los dos. Dos bailarines caducados son mucho mejor que un hombre pera dormido en el último asiento del autobús y ocho bailarines escondidos bajo las piernas del conductor quejándose todo el rato de lo mal que se duerme en el autobús, pero aún mejor que todo eso es bajarse todo el mundo del autobús donde sea y quedarse a vivir donde sea, vendiendo cositas pequeñas construidas por uno mismo en mostradores portátiles que cuando los pliegas te pillan los dedos con fuerza desproporcionada, pues nadie ha visto muelles tan gordos entre los hierros.

La furgoneta a tope.
Pero no me hagáis volver a ese autobús.

Doce doctores con gorros y guantes han operado al hombre pera. El resultado, después de muchas horas, es un balde con vísceras y sebo. Ya lo forrarán luego.

Un niño inocente que lo ha visto todo detrás de un cristal, pregunta: "¿mamá, ese señor le puede a papá?"

Hoy en día es muy difícil encontrarse con un auténtico hombre pera. Se esconden. Pero sus toses pueden oírse a cientos de kilómetros. Mi hijo tiene uno en la bañera, y aunque se ahogó hace tiempo (no viven mucho bajo el agua), todavía flota.

4.9.06

UN LUGAR LLAMADO LA JOYA



…al levantar la cara y notar la humedad que le llegaba desde las olas como una lluvia finísima y fresca, se acordó de que tenía que acordarse de algo, pero eso ya no importaba. Ese pensamiento cesó, o se transformó dando paso a otro: “tendré que regresar en algún momento, antes de que suba la marea. No puedo despistarme”. También ese pensamiento acabó diluyéndose, al igual que todos los que aparecieron a continuación. Excepto uno: “Al diablo con todo. Me quedo aquí a pasar la noche. Es verano, no hace frío, y nadie me espera. Mañana volverá a bajar la marea y me iré tal como he venido”.

Y así se quedó. Sintiendo.
Sin más.

2.9.06

SIESTA NARANJA (TAMBIEN EN SEPTIEMBRE)