22.10.13

¿CÓMO LO HICISTE?



"El cuerpo visible explora el espacio en nuestro tiempo, el otro, totalmente imperceptible, viaja en los diferentes tiempos de nuestro desdoblamiento. De manera esquemática podemos decir que un cuerpo energético informa nuestro cuerpo físico." (Jean Pierre Garnier, acerca de la teoría del desdoblamiento de partículas).

Querido yo del futuro, ¿cómo lo hiciste? ¿cómo hiciste para mejorar mi vida de una forma tan significativa? ¿qué pasos diste y qué otros no diste para llegar a esas tan altísimas cotas de plenitud y abundancia?



Ahora mismo, en este mi presente ordinario, todo propósito parece velado tras una capa de bruma gris, toda iniciativa parece condenada al estancamiento, el entorno se ha vuelto siniestro, todo me da miedo, tengo miedo hasta de una bicicleta infantil apoyada en la acera, la angustia encoge mi corazón, dime, ¿cómo lo hiciste?



Quisiera saber qué sucedió en el camino, qué resortes se activaron, qué herramientas aparecieron, cuáles fueron las jugadas maestras que conjuraron con tal grado de eficacia los inconvenientes que se fueron presentando. De qué manera se solucionaron los problemas que parecían tan irresolubles.


Cuándo empezó a cambiar el signo de los acontecimientos, quién apareció proverbialmente en qué momento, qué suerte de estado de gracia te colocó en otro nivel de conocimiento, qué golpe de fortuna volvió el viento a tu favor..


¿Hiciste algo, o dejaste de hacer? ¿Fue determinante la fuerza de voluntad, la perseverancia, acaso la obstinación, o sencillamente te relajaste a tal punto que todo pareciese actuar movido misteriosamente por fuerzas mayores? ¿Luchaste contra corriente hasta la extenuación o te dejaste llevar en la confianza de que un bien mayor aguardaba tras la ausencia de lucha?


Querido yo del futuro, quisiera saber si caíste en la desesperación y cuando entregaste al fin tu alma descubriste acaso que todo era un sueño que podía ser modelado, tal como se modelan los materiales maleables en las manos de un niño.


¿Cómo lo hiciste?


Tal vez, se me ocurre, conseguiste desenmascarar el miedo, apareciendo éste ante tu clara visión repentina como una especie de virus que podía ser contraprogramado, pero ¿de qué manera? Quizá pediste ayuda y esta ayuda te fue concedida, ¿quién te ayudo? ¿cómo reconociste la ayuda?


También es posible (pues de eso se trata, de posibilidades potenciales) que descubrieses algo en ti, es decir en mi, en lo que no habías reparado, algo que hubiese permanecido escondido al entendimiento, una rara habilidad, o una vieja habilidad no suficientemente valorada puesta por fin en funcionamiento, algo así como accionar un interruptor que hasta entonces hubiese permanecido apagado, una destreza, un don inadvertido.


Quizá ni siquiera sea relevante saber cómo lo hiciste, porque el hecho es que lo hiciste. Sencillamente todo ha de ser sabido, y si tu ya lo estás sabiendo, ¿cómo no habré de saberlo yo?

Querido yo de todos los tiempos, gracias. Aunque todavía no pueda verlo, se que tu propósito natural, es decir el mío, consiste en hallar la mejor versión de mí mismo.