28.3.08

EL INGENIO FIN DE SIGLO


Lusíñolo Jaime Pedregosa regaba las plantas de su terraza mientras reflexionaba sobre cómo solucionar de una vez por todas el asunto del mantenimiento económico sostenido de su propia vida. Y una y otra vez llegaba a la misma conclusión: “tengo que hacer algo ahora mismo que ahora mismo no estoy haciendo, ¿qué será?”.

La intensa actividad mental a la que se vio sometido por estas cuestiones le llevó gradualmente a un estado de somnolencia bastante confuso, momento en el cual creyó escuchar unos gemidos como de “plantas ahogándose en tiestos”, así que dejó de regar plantas.

Las plantas se salvaron.

Lo anterior ya ha pasado.

EL DOCTOR ROËGTER RECIBE UNA VISITA EN EL LABORATORIO DEL SOTANO 2

—Señor Lusíñolo, la máquina que usted me propone construir requiere una tecnología aún no disponible.

—Correcto. Entonces tenemos que hacer disponible esa tecnología. Aquí le traigo unas cartulinas para que vayamos haciendo los planos. Me gustaría que tuviera el aspecto de “ingenio fin de siglo”. Viviremos en el laboratorio durante el proceso de realización, ¿qué le parece?

—Bien, yo le propongo lo siguiente:

Puesto que aquí no hay espacio suficiente para la construcción de su artefacto, tendremos mudarnos a un lugar lo suficientemente grande, retirado, poco accesible a turistas y curiosos, con un clima estable, y a ser posible no muy lejos de la Tierra. Yo sugeriría algún satélite de Krakom. Necesitaremos un vehículo con autonomía suficiente para viajar durante diez o doce años, provisiones y los materiales necesarios incluyendo baterías y repuestos. Todo eso lo dejo a su cargo. Mis honorarios son “el mantenimiento sostenido de mi propia vida”, ¿le parece bien?

—Correcto, aunque:

    diez o doce años es mucho tiempo.

    Necesitaremos también una máquina reductora de tiempo, a ser posible portátil. ¿cree que podrá         construirla en un plazo razonablemente corto?

—No es necesario, casualmente tengo una en el garaje.

—Bien, regúlela al máximo y tire con fuerza del mando en forma de pera que probablemente ya le habrá dado algún golpecito en la frente alguna que otra vez.

—Sí, ya sé como funciona. Por cierto, antes de que se me olvide, le voy a contar algo que seguramente le ilustrará acerca de un ingrediente que hay que incorporar en el proyecto para que se lleve a cabo con éxito: hay que amar a la máquina con sinceridad.

La máquina es su propio muñeco desidentificado de usted.

KHATORNO´S EGG TUNE


Un amigo de la infancia de un familiar muy cercano del gestor del hijo mayor del intérprete de Khatorno asignado para la ocasión, dormitaba plácidamente sobre la cornisa de una de las ventanas del hostal Jumari, concretamente la que daba al patio vecinal, justo debajo de los palomares, allá donde los conejos no llegan.

Un ejemplar de paloma no común escapada de los laboratorios subterráneos de la Casa de Ébalo y sometida a severas mutaciones, luchaba por mantenerse en vuelo pese a su tamaño y desproporción. Aún así, antes de su caída definitiva acabó depositando su blanca deposición justo en el centro de la boca de quien ha sido referido al principio, quien por este motivo se ahogó.

Pero el intérprete de Khatorno nunca lo supo.

Sin embargo sucedió que, al regresar de un sueño agitado,
tuvo el fuerte sentimiento de querer saber el significado de una palabra nueva: “el huevo”.

El mensaje ha sido recibido.

Khatorno, que se hallaba en ese momento suspendido en el espacio a unos ciento cincuenta metros del suelo más cercano, desconectó el oscilador lumbar,
sintonizó a 19.000 ciclos y fundió a verdes claros.

INTERPRETACIÓN 1:
No caía lluvia del suelo.

SUBINTERPRETACIÓN RESIDUAL:

El cielo no podía estar mojado.


Khatorno, una vez realizadas las oportunas consideraciones, bajó a la superficie en secuencias de tres movimientos impulsivos con sus correspondientes correcciones, dejando a la ciudad sin suministro eléctrico definitivamente.

Las familias emigraron a las montañas del norte,
donde la nieve todavía existía.
Tan sólo las hugas permanecieron en el lugar después de adaptarse al nuevo entorno al cabo de varias generaciones y tras múltiples episodios genéticos fallidos.

MENSAJE Nº 11 DE KHATORNO A LA TIERRA

"¿Cómo os sentís, habéis notado algo?"

Las hugas, ante esta singular declaración se dedicaron a olisquear el aire, para poco después dejarse caer alegremente por los terraplenes de las dunas rodando sobre sí mismas hasta la extenuación.

Tal como si alguien echara un montón de huevos colina abajo.

16.3.08

¿SE HABRÁ DADO CUENTA?


Sí, lo habrá hecho.

EL TRIUNFO DE LA PRIMAVERA

De nuevo la luz dorada,
después de los grises...


10.3.08

NADAR ENTRE PIEDRAS


"De pronto nado entre piedras".

poco después…

“Al principio era descorazonador comprobar lo poco que se avanzaba teniendo que vencer tan dura resistencia, pero al segundipio las mismas piedras parecían facilitar el avance”.

ahora

"Ahora, las piedras parecen agua".

5.3.08

HA PASADO UN ANGEL



Son las 11 de la noche.
Una hora todavía amiga.
Estoy sentado tranquilamente,
observando mis pensamientos...

El 13 es un bello número.
Su vibración es como una agradable turbulencia
en los cimientos.

El diecisiete…

Avenida de La Virgen del Mar,
número 22. La fachada es azul cielo.
El árbol se inclina sobre la azotea
facilitando la fiesta de los pájaros.

Ahora son las 11:11 de la noche.
No suelo decir que son las 23:23,
aunque de vez en cuando lo digo,
para parecer más preciso.

Me levanto y voy a por una manzana.
Observo cómo estoy yendo mientras voy yendo.
Lo de la manzana ocurre.
Y pienso:
¿Qué tal estaré estando?

Mi estómago me dice que muchas gracias por todo en general.

Unos muñequitos de los que no importa que estén ahí todo el rato sentados en tu sofá, parecen contentarse al calor de un alegre charlamento. Hay muy buen ambiente.
Cuando paso por delante de ellos atenúan su voz y su compostura, momento que aprovecho para saludarlos. Siento que estoy en confianza.

A una planta le digo "preciosa" mientras me dirijo al baño.

Estoy haciendo pis. Observo detalles nuevos en la pared...

He terminado, pero permanezco un rato de pié, inmóvil, con los ojos cerrados.
Silencio, escucho...

Acabo de comprender algo que hasta ahora me resultaba incomprensible:
la incredulidad es un acto de fe.

Ese día se hizo de noche.
Y esa noche se hizo de día.