18.10.12

MENSAJE DE LOS EXTRATERRESTRES A LA TIERRA

Soy un gran admirador de la moda carcelaria a lo largo de todos sus ciclos, también me gusta experimentar con moscas en habitáculos pequeños, e ir a cazar conejos sin usar artillería, tan solo ataviado con escafandra, arneses y botas altas. Tal vez esto le de una idea de qué clase de persona soy, aunque para ser más exactos diré que no soy una persona del todo.

Nací a la organicidad por el método de escaldamiento forzado hace tanto tiempo que ni me acuerdo. Tampoco conozco a nadie que me lo pueda recordar. Actualmente vivo en un contenedor de ubres, al lado del matadero, y la verdad es que no salgo mucho. ¿Le importa que huela la foto? Sepa que no tengo intención alguna de molestarla, la oleré tan superficialmente que nadie notará nada, ni siquiera yo.

Bien, lo que quiero es saludarla, aún diré más: lo que quiero realmente es entregarme a usted sin reservas. Una entrega integral, íntegra e integradora (no intente repetirlo a viva voz, pues perdería la sensibilidad en su preciosa lengua rosa).

Pero sin ánimo de turbarla e incomodarla en lo más mínimo permítame añadir que tales deseos nunca traspasarán los límites que sus criterios de permisión dispongan. Le diré incluso que no es necesario su permiso, pues bien podría vivir eternamente en el reino de la fantasía, siempre que con ello no añadiese un grado de sufrimiento a su beatífica paz cósmica, ¿cabría tal cosa?

CON MÁS CONFIANZA

Ni siquiera tendrás que decir ni sentir nada, pensarás que todo fue un sueño de intrascendental memoria, lo cual será cierto porque yo te hablo en sueños, y este es mi sueño, pompas pompísimas que nacen de pompas previas...

No tendrás que recordar nada, pues nada sucedió. Nada que no fuese lo que ya estaba sucediendo, claro. En ese sucedimiento tú ya estabas implicada, y yo siempre he sido un mero espectador, alguien a quien no es necesario recordar porque no está en el tiempo, sino dentro de un espacio difuso, quizá también fuera del espacio. Simplemente siendo.

Mi corazón es una fuente perpendicular, incluso vertical, lo digo porque ahora mismo la estoy viendo.  Antes no la veía pero ahora sí. Gracias. Soy feliz de comunicarte lo que sucede, independientemente de tu atención (mi tesoro).

Aquí fuera la vida es incierta, ¿no es acaso este mundo exterior un desierto de lejanía? Vivir entre ubres me consuela, es cierto, y mucho. Sin embargo el solo hecho de hablarte me lleva a experimentar la plenitud hecha carne, si bien una carne sutil y traslúcida, el éxtasis de la materia. Un velo disuelto en el aire.

Todo lo que se puede de decir al respecto sin entrar en ningún tipo de valoración relativa, es lo siguiente:

"A ALGUIEN LE SUCEDE ALGO".

¿No sería esa la explicación de todas las cosas?