“La experiencia nos enseña”.¿Hace eso? ¿Qué nos enseña? ¿Tiene un despacho y reparte informes? ¿Quién es ella?
“Aprendemos de la experiencia”.
¿Ella quiere nuestro bien? ¿Sabe más que nosotros y aceptamos este hecho automáticamente? ¿Contactamos con ella y después de este contacto tenemos conocimientos que antes no teníamos?
“Has entrado en la experiencia”. ¿Antes de eso no había experiencia? ¿Cuándo te saliste de ella? ¿Antes de volver a entrar? ¿De verdad hiciste eso? ¿Ya no te gusta eso y por eso dejas
otra vez de hacer eso? ¿Eso qué es?
“Tengo muchos años de experiencia”.¿Cómo sabes que no tienes en realidad la experiencia de un año reproduciéndose en el recuerdo muchas veces? ¿Te has fijado si te suda el espacio comprendido entre la base de la nariz y el labio superior cuando lo dices? ¿Has notado a través de la autoexploración o por sensibilidad si tus órganos internos están rodeados de una gruesa capa de grasa?
“No voy a repetir esa experiencia”.Sí, es cierto. Has decidido hacer algo que harías de todas maneras aunque no lo hubieses decidido. ¿Eres el autor de la experiencia que no vas a repetir en cualquiera de los dos casos?
“Quiero volver a repetir esa experiencia”.Tener una imaginación portentosa no es suficiente para llegar tan cerca. ¿Ahora que no estás tan contento (todavía no has repetido esa experiencia), estás un poco más contento porque tienes la ilusión de repetir esa experiencia, aunque no tan contento como cuando llegues a repetirla? ¿Sabe tu madre que tu contento depende de la repetición de algo que no existe? ¿Qué te diría? No necesitas a tu madre para eso. Ya la llevas instalada en tu pequeña mitocondria, en la pared de una célula.
Según la etimología de la palabra experiencia, la manera de obtener el conocimiento de una cosa desde todos los ángulos, es salirse de sí mismo.
¿A quién le ocurre la experiencia?