EL NIÑO QUE LE OCURRE A LA COSA (PERO A LA COSA QUE NO TIENE A LA IMPORTANCIA)
Un niño común es identificado como sustancia tóxica. Su aspecto de niño no parece ser relevante en este caso. Se le somete a un test con el fin de verificar el nivel de toxicidad
EL TEST
Sesenta cuestas que contar cuestan tan poco como sesenta costales a cuarenta unidades la porción, siempre que la porción sea más pequeña que la más pequeña de las cuestas, claro está, y si, y solo si, previamente separamos las unidades en grupos de dos. Así pues:
PREGUNTA Nº1 ¿Cuántas pendientes llegaremos a calibrar habida cuenta de la imposibilidad de separar las cuestas en grupos cuya singularidad es la pluralidad, una vez determinados los elementos conformantes de la segunda opción no mencionada?
PREGUNTA Nº2 ¿Cuál es la segunda opción?
PREGUNTA Nº3 ¿Una vez identificada la 2ª opción, sería posible la obtención de una 2ª opción prima balanceada?
PREGUNA Nº 4 ¿Cuándo sería eso?
LA RESPUESTA
“Quiero hacer caca”
LAS CONCLUSIONES DEL DOCTOR ROËGTER
Bien. Consideremos la posibilidad de descansar de todo esto. Una vez considerada, rechacémosla y esperemos un ratito. De observarse cambios de temperatura, el resultado sería nulo.
Por otro lado, aprovecho esta ocasión para anunciarles mi compromiso con la señorita Berta Verso García Tardes Monedero (ya recientemente analizada por mí mismo sin usar animales) cuyo desposamiento se celebrará el próximo otoño en la Iglesia de la Virgen de la Eterna Pena. Los asistentes podrán asistir o ser asistidos en función de sus deseos.
LO QUE DICEN LOS PERIODICOS
Como bien saben, la predicción meteorológica hace mucho tiempo que no es fiable, lo que no es obstáculo para que las madres sigan esos famosos espacios televisivos al término de las noticias con renovado interés por motivos desconocidos y vistan a sus hijos al día siguiente en función del clima percibido de instante en instante. Y ahora les hablará mi redactor jefe:
“El subordinado que me cede la palabra me tiene recluido en un sótano. No parece peligroso, ni lleva armas, pero el nivel de toxicidad resulta insoportable. Su aspecto de niño de seis años parece fuera de toda duda. No se preocupen por mí, ya no tengo necesidades primarias, he regresado a mi antigua condición de muñeco. Avisen a mi mujer, por favor, que la tengo aquí al lado durmiendo y me queda muy poco tiempo para “hacer que vuelvo del trabajo”.
LO QUE DICE UN HOMBRE CONECTADO A UNA MAQUINA :
¡Quitadle ese juguete que seguro que suelta gases!
3 dijo:
Tengo la sensación de profanar un relato que debió quedar sin comentarios pero, ¿podría el autor decirnos algo más sobre la señorita Berta Verso ?
Me pregunto qué tipo de mujer podría aceptar un compromiso con alguien como DOC. ROËGTER.
No queda claro, pero sobretodo si es él mismo el que identifica a un niño como sustancia toxica, y no solo eso sino que después le somete a ese test tan loco (y someter viene de sometimiento)……… ¡no me extraña que el niño se cague de miedo¡.
A calidoscopius: Bienvenidos tus agudos comentarios, no hay nada que profanar. El texto en cuestión quiere hacer referencia precisamente a la profanación de la inocencia por parte del Sistema. El Dr. Roëgter, aunque es uno de los actores de este sistema, no deja de tener una vida propia, y el hecho de anunciar su compromiso junto con su frase "Consideremos la posibilidad de descansar de todo esto", revela el poco interés que le suscita el asunto. Por otro lado, el niño quiere hacer caca por la sencilla razón de que las necesidades fisiológicas han de ser satisfechas sin más, y si se hace caca, pues se hace caca, pongan como se pongan los que le hacen el incomprensible interrogatorio. La presunta toxicidad del niño es una metáfora de la distancia que nos separa de los niños cuando la mente adulta intoxica nuestras vidas haciéndonos creer que tiene el control. La señorita Berta Verso es un pelín estirada aunque no carece de encanto, mucho más de lo que puede esperar un científico que se pasa la mayor parte de su vida en un laboratorio (que viene de laborar). Enfin, una pequeña llamada de atención hacia las intoxicaciones de la mente y sus mecanismos de supervivencia. Nada que en el fondo no sepamos
El caballito, qué subidón
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