18.4.06

LA DONACIÓN



—Es tan sencillo… Quita todo lo que estorba y quédate con el resto ¿Qué tienes?
—Una capita de grasa casi imperceptible en la frente
—Coge la espátula y rasca
—Ya está
—Muy bien, ahora ya puedes pasar por el arco detector de metales del aeropuerto sin tener que depositar nada en ninguna bandeja. Es eso lo que querías, ¿no?
—Si, eso es lo que quería, gracias, ¿cuánto le debo, cuánto es la “donación”, adorado Maestro?
—La voluntad de Dios de la que deberías estar penetrado
—Ah, entonces tome estos dineros (pocos)
—Siento decirte que no es de Dios la voluntad de la que estás penetrado, sino de la de un ser bastante inferior. No te muevas, podría tratarse de un conejo ratonero.
—¿Y ahora qué hago? ¡Dios mio, sáquemelo de encima! ¡sáquemelooo!
—Esto le va a salir un poquito más caro
—¡No me importa, no me importa!
—Y, ¿cómo piensa abonar la nueva donación?
—Me dejaré penetrar de la voluntad de un ser muy superior. Tome estos dineros (pocos)
—Usted no está penetrado de ninguna voluntad, ¿por quién me toma?
—Yo pensaba que una donación consiste en entregar pocos dineros, en otro caso se trataría de un pago comercial normal. Además me he dado cuenta de que usted lleva un pantalón de tergal con pelotillas debajo de la túnica y… huele a vino, etcétera.

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¿Cuántas veces nos habrán dicho que dejemos en paz a ese señor tan raro, y aun así lo importunamos, lo perseguimos, le quitamos los cartones y le estrellamos un huevo kinder en la nuca antes de entrar al cine?.

La donación consiste en un importe superior a un pago comercial convencional en el caso, claro está, de estar penetrados de la voluntad de un ser verdaderamente superior. Un ministro no valdría como ser superior porque les suda mucho la frente. Un ser superior sin cabeza sería bastante más apropiado, pero nos acaba dando a la larga mucho miedo cuando estamos desnudos dentro de una ducha con la cortina echada y además no conozco a ningún conocido con esas características.

Para ahorrarnos molestias, dejemos las donaciones en manos del Espíritu Santo o de alguien que sea pío y paguemos todo normalmente.