21.4.06

LOS QUE MIRAN A LOS QUE BAILAN



Una mujer (probablemente solitaria y a la que no vemos la cara) entra en la sala de baile. Se sienta. Mira cómo bailan las parejas. Cuando deja su abrigo en el sillón contiguo, alguien habla bajo la ropa:

—No, no se moleste, no se moleste
—¿Perdón?
—Sí, que no se moleste, no es molestia, no me molesta el abrigo, no quiero molestarla, ¿le molesta?
—No por dios, cómo va a molestarme
—¿Va a quedarse mucho rato? No conteste si es mucha molestia.
—Eso depende de si me sacan o no a bailar.
—Si usted me saca de aquí, yo la saco, si no, no se preocupe, estoy muy bien aquí dentro también.
—Bueno, yo lo sacaría, pero no sé si cumplirá usted una serie de requisitos para ello
—Adelante, a ver si tengo suerte.
—Muy bien:

1.Que usted sea bueno
2.Que huela bien
3.Que no le importe que yo hable mucho
4.Que sea sincero
5.Que coma con la boca cerrada
6.Que sea limpio
7.Y lo más importante de todo, que recuerde mi nombre la próxima vez que nos veamos

—Creo que todo es correcto y puedo satisfacerla en todo lo que pide con muchísimo gusto, ¿cuál es su nombre?
—¡Usted va muy rápido!, ¿no le parece?
—Está bien, disculpe mi falta de tacto, ¿le parece bien que se lo vuelva a preguntar dentro de una hora?
—¡Ni lo sueñe! Tendrá que esperar a la próxima vez que nos veamos.
—Y ¿cómo voy a recordar su nombre entonces?
—Cuando bailemos recordará mi nombre. Pero será la próxima vez que nos veamos.
—Entonces, ¿le importa que la espere hasta entonces aquí dentro? Creo que me he enamorado perdidamente de su abrigo, es tan suave, tan acogedor, tan calentito… Es lo más parecido a usted que conozco en estos momentos…

En la pista las parejas bailaban ajenas a todo cuanto ocurría a su alrededor. La música salía de todas partes y de ninguna. El Tiempo se había parado y lo único que importaba era seguir bailando. Fuera de la pista, una mujer recogía su abrigo dejando al descubierto un programa de mano en cuyo interior había una foto muy antigua de un hombre vestido de soldado que sonreía desde el interior de una trinchera. Parecía estar bailando con alguien imaginario a juzgar por la posición de sus brazos y por la inclinación de su cabeza. Detrás de él, un montón de cadáveres esperaban su turno entre el barro.

6 dijo:

Anonymous Anónimo dijo...

Necesito saber qué pieza de música sonaba exactamente en ese baile para asumir mayor o menor grado de tristeza que siento al leer esto y me resulta fundamental por ello.
Y si la chica llevaba perfume o no.

12:46  
Blogger fran rubio dijo...

Respondiendo al anónimo anterior, el perfume de la chica no se especifica dada su naturaleza misteriosa y a la vez familiar y el tono del relato en su austeridad quiere, deliberadamente, dejar algunos cabos sueltos o sin especificar con el fin de que sea el lector/lectora quien regule su grado de tristeza en función de lo que perciba. En cualquier caso la mujer poseía una fragancia apenas sentida, quizá imaginada, con lejanos matices florales que nos evoca sentimientos ya conocidos, aunque casi ya olvidados. En cuanto a la música que sonaba en esos momentos: "La valse" de Maurice Ravel
En la tristeza hay una energía muy interesante, pero en el caso que nos ocupa, optar por uno u otro sentimiento es una elección personal. Ese es el juego

17:17  
Anonymous Anónimo dijo...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

19:33  
Anonymous Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho éste relato. Recoge esencias.
¿Podemos pensar que los muertos alrededor del soldado son partes del propio soldado que parecen muertas, que tenía casi olvidadas, pero que como el árbol, solo lo parece? Yo creo que el soldado continúa vivo porque es capaz de bailar.... aunque a veces sea un baile virtual.

15:07  
Blogger fran rubio dijo...

Baile virtual o anual, es al cabo un baile. Parece que hay algo en bailar que nos pone en contacto con otros nosotros. Los muertos, esos otros que han ido quedando, no son sino, como agudamente señala Khimera, otras partes de nosotros que van desprendiéndose para acabar confundiéndose con el barro, lo cual no es cosa mala, si la vida se entiende como un baile. Quizá la muerte se trate tan solo de una elección personal

17:45  
Anonymous Anónimo dijo...

.... tantas veces me mataron, tantas veces me morí...
Sin embargo, estoy aquí resucitando....

13:05  

Publicar un comentario

inicio