¿DÓNDE ESTÁN LOS PÁJAROS?
Sudor frío, estupor, estupidez, ¿es tuya esa bolsita? Cada día más gente recurre a pastillas para dormir, “déjame dormir un poco más” cuando ya es hora de levantarse sin más demora. Hemos de explicar algo que sabemos muy bien a juzgar por nuestra cara de listos, voy a ver ese escaparate porque podría yo estar dentro de él y ser visto por otros yoes que como yo podrían estar dentro del escaparate, disparate, persona pública en el disparador con carbonilla en los párpados.
Sudor frío, es tarde todo el rato, toda cosa pospuesta eternamente, desplazada fuera del ahora por siempre hasta la ruptura de esa inercia, cien años no son nada, son lo mismo que mil años, que ninguno, lloviendo cerezas cruzó la calle mirando hacia arriba con la boca abierta, no pudo con tantas cerezas pero no le importó morir así, eso no es morir.
Ya no hay sudor, nunca fue sudor, era la grasilla natural de la piel de aquél niño que nació seco, más tarde se empacharía de chocolate hasta la aparición del Gran Grano tan solo comparable en viscosidad y volumen a su propio cerebro aunque más difícil de reventar.
Con lo bien que se está bajo las mantas, bien calentitos, otros se ocuparán de nosotros, hombres y mujeres chiquitines de cabezas puntiagudas corriendo en todas direcciones, agitando los brazos e implorando misericordia a San José a quien se ha ninguneado sistemáticamente desde el mismísimo día 25 del diciembre original, el convidado de piedra, el cero a la izquierda, el padre apócrifo de semen inútil y bastón de apoyo en ningún suelo de paja…
¡Ayúdame! ¡Ayúdame! Quiero hacer subir esta silla de ruedas a lo alto de ese árbol pero me gustaría despojarlo antes de sus pájaros para no confundirlos con el ruido de la herrumbre… “No se preocupe, en este árbol ya no hay pájaros”.
¿Véis pasar el día? No parece el mismo día. No conozco a nadie dentro de él, todos los conocidos han debido de salir, quizá vuelvan más tarde, al final del día. Un día u otro volverán a ocuparlo para no volver a desocuparlo y traerán sus pequeños juguetitos que habrán de ser jugados por otros…
7 dijo:
No creo que el árbol pueda soportar todo el peso de la silla de ruedas con ud., no por la silla en sí sino por su pesadez intrínseca quienquiera que ud sea.
Quizá sí queden pájaros aún ,lo que pasa que los pocos que quedan se hacen los invisibles.
Tropezó con una pluma invisible, se agachó a recogerla, pero ya era tarde. Este era el cuento del niño que no pudo evitar mirar por el rabillo del ojo hacia arriba y las pequeñas sillas de ruedas que terminaban devorando al niño.
Moraleja: desconfía de los pájaros perdidos, siempre ocultan una silla de ruedas hambrienta detrás.
La expulsión de sapos es una práctica muy saludable. Es mejor eso que dejar que se pudran dentro.
Una silla en la copa de un árbol es:
1. Un sapo bien gordo aireando su bestialidad anfibia
2. Una curiosa silueta recortada contra un cielo azul
3. Algo muy difícil de llevar a la práctica sin la suficiente motivación
4. Ausencia de pájaros, presencia de pájaros ausentes (se los puede incluso oir cantar, como una tenue banda sonora)
5. El reencuentro con el Sujeto que se da cuenta de todo ello
El niño que mira por el rabillo del ojo es el mismo que presiente que hay alguien escondido debajo de su cama
Bien podía ser un pájaro,algo grande ciertamente,lo que empezaban a divisar mis negras pupilas rodeadas de larguísimas e interminables pestañas,en aquella copa del arbol más frondoso de todo el parque Juan Carlos 1º,cuando me percaté de que el supuesto pájaro estaba chillando palabras malsonantes y no era un loro.Ya debajo del árbol mismo le pregunté gritando:"Disculpe,es usted tal vez el célebre barón rampante de mi admirado Italo???.Si es así sería un gran placer por mi parte,ayudarle en lo que fuere necesario primero y después poder con respeto y decoro estrecharlo amorosamente entre mis brazos,e incluso amamantarlo si tuviere usted necesidad."
El hombre estaba hecho un lío de lo que parecían lonas y cuerdas e hilos como de algo similar a un parapente del que colgaba una silla de ruedas oxidada.Iba totalmente equipado de aviador de la 1ªguerra mundial con lo cuál no distinguía ni su faz ni mucho menos,sus gestos...
¿Bien mirado?, los pájaros están fuera, y el que mira dentro. Pero, mirándolo otra vez, es como un muro de alambres para-lelos, por lo que nadie está dentro ni fuera, sino más bien (mirado) separados.
Los alambres paralelos bien podrían ser también una heridita en la cornea, o un código de barras flotando en el aire, o una parrilla para asar pájaros, o una guitarra de mil cuerdas y los pájaros están en la caja de resonancia. En cualquier caso, los pájaros parecen tranquilos...
Si. Parecen tranquilos y por tanto, todos tranquilos. MUYBIENTODO.
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