LOS QUE JUEGAN Y LOS QUE CREEN QUE NO
COMIENZO DE DISCUSIÓN DOMÉSTICA EN UN CUARTO DE BAÑO DEL QUE TODAVÍA NO SE HAN IDO DEL TODO LOS OLORES DE LA ANTERIOR DEPOSICIÓN (En el televisor del salón aparece la imagen de un vampiro muy bien vestido que surge de la oscuridad avanzando hacia el espectador con una expresión que revela una seriedad sin paliativos)
“Es que tú lo ves todo muy fácil”
Si, probablemente lo vea todo muy fácil. Pero, ¿es eso un delito?
Parece que se acepta mucho mejor el verlo todo muy difícil. Alguien así merece toda la aprobación y se le dice a los niños: “mira ese señor y su pesada carga… estudia mucho para que el día de mañana no seas como él, que por cierto es muy bueno muy bueno, pero mira todo lo que la vida le hace”.
Sin embargo cuando ha estudiado lo suficiente (generalmente por su cuenta) para librarse de la pesada carga heredada y consigue verlo todo de una manera más sencilla, es decir, más fácil, se le condena inmediatamente: “tu sigue así y verás…, que te crees que todo es muy fácil”.
HAY QUE PARAR ESTO
Las personas que piensan que el mundo es impredecible, inseguro, sometido a constantes cambios que imposibilitan la fijación de ninguna cosa, lo que equivale a decir que no tenemos control sobre ningún ponderable que pueda surgir en cualquier momento de entre los matorrales, esas personas (muchas) deben comprender cuanto antes que tienen razón, que todo eso es cierto. Y después que vayan a un balneario húngaro a curarse los catarros que están todos sin curar.
¿Porqué preocupa tanto el cambio constante? Si no es otra cosa que el Gran Juego, el juego de los besos y las hostias, pero sólo si se quiere ver así. También se puede ver sin más como un juego. Es lo que hacen los niños, antes del cercenamiento de su impulso primigenio por parte de los que han renunciado al juego (porque no es serio).
Pero los que creen que no juegan, juegan también. Juegan al juego de no jugar. Es un juego que requiere escasos movimientos de ficha. A algunos, con mover una vez les basta. Sólo quieren estar tranquilos dentro de su contenedor coleccionando momentos de tranquilidad hueca que luego ponen en fila india con el fin de librarse lo más posible de disgustos y desgracias.
El dolor es parte del juego, es parte de la ilusión. El dolor no es peor ni mejor que el placer. Son casillas de residencia temporal donde uno espera su turno. La espera es también juego. Es la bendición del juego. La espera sirve para aprender que no hay espera. No hay que esperar nada. Ese lugar situado entre turno y turno, es el lugar donde el jugador se convierte en juego. Y es en ese momento cuando el Juego se encarga de todo.
—A mí me ha tocado la casilla 15 que dice: “Ha dejado de prestar atención a lo que hace. Su mente estaba intentando arreglar un problema que presumiblemente tendría su aparición en un futuro cuajado de dudas, descuidando el paso mientras paseaba al borde de un precipicio. La situación resultante es: caída por un barranco y rotura de todos los huesos del cuerpo sin excepción.
—A mí me ha tocado la casilla 17 que dice: “Vuelva a la casilla de salida”.
O también
HOSPITAL MILITAR
—Ahora que me toca morir presa de dolores y calambres continuados, me doy cuenta de que es esta muerte lo que más he temido durante toda mi vida. Según mis convicciones adquiridas, voy a dejar de existir. Se acabó. Se acabó todo para mí. Lo curioso, es que llegado este momento, nada me horroriza, tal como supuse durante tantísimos años. Todo lo contrario. Ahora le toca el turno a otro, después a otro, y después a otro, y así hasta que todos los seres se hayan turnado durante millones de turnos, hasta que el universo se extinga y quizá nazca otro, o infinitos, o que quede nada más que la más absoluta nada por siempre jamás.
Y después de advertir que nada tengo que ganar ni perder, una pregunta aparece: ¿a quién le importa todo esto? A nadie, y eso es lo mejor de todo.
Es lo que me permitirá seguir jugando aún después de muerto.
Jugaré en otros cuerpos, en otras formas, en otros colores, en otros mundos, y ¿qué quiere decir eso?
Que el juego soy yo.
“Es que tú lo ves todo muy fácil”
Si, probablemente lo vea todo muy fácil. Pero, ¿es eso un delito?
Parece que se acepta mucho mejor el verlo todo muy difícil. Alguien así merece toda la aprobación y se le dice a los niños: “mira ese señor y su pesada carga… estudia mucho para que el día de mañana no seas como él, que por cierto es muy bueno muy bueno, pero mira todo lo que la vida le hace”.
Sin embargo cuando ha estudiado lo suficiente (generalmente por su cuenta) para librarse de la pesada carga heredada y consigue verlo todo de una manera más sencilla, es decir, más fácil, se le condena inmediatamente: “tu sigue así y verás…, que te crees que todo es muy fácil”.
HAY QUE PARAR ESTO
Las personas que piensan que el mundo es impredecible, inseguro, sometido a constantes cambios que imposibilitan la fijación de ninguna cosa, lo que equivale a decir que no tenemos control sobre ningún ponderable que pueda surgir en cualquier momento de entre los matorrales, esas personas (muchas) deben comprender cuanto antes que tienen razón, que todo eso es cierto. Y después que vayan a un balneario húngaro a curarse los catarros que están todos sin curar.
¿Porqué preocupa tanto el cambio constante? Si no es otra cosa que el Gran Juego, el juego de los besos y las hostias, pero sólo si se quiere ver así. También se puede ver sin más como un juego. Es lo que hacen los niños, antes del cercenamiento de su impulso primigenio por parte de los que han renunciado al juego (porque no es serio).
Pero los que creen que no juegan, juegan también. Juegan al juego de no jugar. Es un juego que requiere escasos movimientos de ficha. A algunos, con mover una vez les basta. Sólo quieren estar tranquilos dentro de su contenedor coleccionando momentos de tranquilidad hueca que luego ponen en fila india con el fin de librarse lo más posible de disgustos y desgracias.
El dolor es parte del juego, es parte de la ilusión. El dolor no es peor ni mejor que el placer. Son casillas de residencia temporal donde uno espera su turno. La espera es también juego. Es la bendición del juego. La espera sirve para aprender que no hay espera. No hay que esperar nada. Ese lugar situado entre turno y turno, es el lugar donde el jugador se convierte en juego. Y es en ese momento cuando el Juego se encarga de todo.
—A mí me ha tocado la casilla 15 que dice: “Ha dejado de prestar atención a lo que hace. Su mente estaba intentando arreglar un problema que presumiblemente tendría su aparición en un futuro cuajado de dudas, descuidando el paso mientras paseaba al borde de un precipicio. La situación resultante es: caída por un barranco y rotura de todos los huesos del cuerpo sin excepción.
—A mí me ha tocado la casilla 17 que dice: “Vuelva a la casilla de salida”.
O también
HOSPITAL MILITAR
—Ahora que me toca morir presa de dolores y calambres continuados, me doy cuenta de que es esta muerte lo que más he temido durante toda mi vida. Según mis convicciones adquiridas, voy a dejar de existir. Se acabó. Se acabó todo para mí. Lo curioso, es que llegado este momento, nada me horroriza, tal como supuse durante tantísimos años. Todo lo contrario. Ahora le toca el turno a otro, después a otro, y después a otro, y así hasta que todos los seres se hayan turnado durante millones de turnos, hasta que el universo se extinga y quizá nazca otro, o infinitos, o que quede nada más que la más absoluta nada por siempre jamás.
Y después de advertir que nada tengo que ganar ni perder, una pregunta aparece: ¿a quién le importa todo esto? A nadie, y eso es lo mejor de todo.
Es lo que me permitirá seguir jugando aún después de muerto.
Jugaré en otros cuerpos, en otras formas, en otros colores, en otros mundos, y ¿qué quiere decir eso?
Que el juego soy yo.
18 dijo:
Hay que tener la mente muy despejada para poder llegar a escribir ésto.Da escalofríos.
Yo suelo ser en ocasiones la que se ve reflejada en el tipo de persona que no mueve ficha y si lo hace lo hace con los ojos cerrados y p despacito por temor a despeñarse.
Pero para no sentirnos fracasados utilizamos (como para casi todo cuando nos conviene)la excusa de los hijos.Es el perfecto parapeto para no abandonar la poltrona de seguridad que nos hemos cuajado.Un saludo.(Wodehouse dixit.)
La búsqueda de seguridad sobre todo cuando hay hijos por medio es consustancial a la mayoría de las especies. El problema es cuando el miedo se convierte en el factor determinante. Una alternativa a esta amenaza podría ser una protección creativa basada en la confianza en un universo amable y amante.
La idea del universo como un montón de cosas estúpidamente diseminadas por un espacio inerte que está ahí fuera separado de nosotros, puntitos perdidos, bolitas de sebo temblorosas que esperan un cataclismo en cualquier momento, es una idea tan válida como otras. Lo bueno de todo esto es que podemos quedarnos con la que más nos guste.
Los movimientos de ficha se hacen continuamente, y muchas veces parece que nada se mueve, o que movemos mal, o que no movemos en absoluto, pero un análisis más detenido suele a menudo revelar lo contrario.
Tu último comentario al texto anterior es un precioso movimiento
Gracias,viniendo de quien viene,este comentario me arregla el día,o la semana.Pero es fácil mover ficha con el mando a distancia.No???.chaooo.Woody Truly.
Sí,nos encontramos ante el dilema de eleccción entre la SEGURIDAD y la LIBERTAD y sus múltiples variaciones en Fa#.
Pero esto no es un juego.
Elegir y mover ficha supone algunas ves una larga, profunda y seria reflexión.
Y más aún cuando tenemos hijos, porque el movimiento de ficha repercute decididamente en ellos.
Sí,a veces hay que mover ficha.
Debemos ser lo suficientemente responsables para hacerlo.
Muchas veces la excesiva responsabilidad y seriedad a la hora de tomar decisiones carga el propio discernimiento hasta tal punto, que el miedo a no decidir bien paraliza el acto de decidir. Todos queremos lo mejor para los hijos, pero sería muy bueno evitar incluir en la educación que se les da, esa carga accesoria de miedo e hiperresponsabilidad con el fin de que la vida para ellos esté más cerca del juego que de la esclavitud de los condicionamientos impuestos.
La desconexión del juego de la vida nos trae apatía, pesadumbre, miedos varios, y la sensación de que estamos fuera de juego. Aprendamos de nuestros hijos y no les cerremos el grifo prematuramente con nuestras aprensiones, al fin y al cabo son ellos los que generalmente nos enseñan el camino natural (si estamos abiertos a recibir ese conocimiento), antes de la infección de los conceptos.
"Dice” que lo ve todo muy fácil, pero después "se ve" que esto no es así, que juega a aparentarlo. Esto origina el lío doméstico porque no le reconoce lo que en realidad sabe y siente; que las cosas no son nada fáciles.
Para un niño, y más si es especialmente sensible, su caída mientras jugaba en un bache pueda ser como la caída por un barranco y el rasguño en la rodilla como rotura de todos sus huesos.
Cómo no temblar continuamente si no se admite la necesidad, que no el deseo (porque quizá ese ya se desterró), de que haya alguien incondicional. Pero de insistir en que se nos acepte sin condiciones es como acabamos por agotar y alejar a todo el mundo de nosotros.
Una cosa es que la vida sea complicadísima, que lo es, pero otra cosa es que sea imposible. Si fuera imposible, como dice ese soldado, “Apaga y vámonos”…..Hay mucha gente que se queda aquí
Pero lo cierto es que las características de las personas que “se meten” a soldado son muy concretas. Les gusta que “la autoridad de turno” les de las instrucciones de lo que tienen que hacer y también hay algo de complacencia en la entrega hasta la muerte Porque no hay una personalidad propia entonces juegan a que lo que entregan no es relevante. Es más importante el otro, “la madre patria”, por poner un ejemplo conocido.
Interesantísimo también cómo aparece el resentimiento: si yo no soy capaz de ser dueño de mi vida, estoy impotente para nuevas ilusiones, de nuevas metas, entonces invertiré mi fuerza en desilusionar al resto, a quienes las tengan.
Y que vayan cayendo uno tras otro. Morir o matar no hay más. Pobre soldado.
Muchísimo peor que cagarse en los pantalones en público: Lo peor que le puede pasar a alguien es que ya nada le horrorice, entonces si que está muerto….¿no es cierto?
Si el juego eres tú, entonces también estás diciendo que eres tú mismo el que te das esos besos y hostias a tí mismo......
El "yo" se puede entender de muchas maneras, pero esencialmente, y lo digo para acabar con posibles malos entendidos, se podrían resumir en dos:
El yo personal, individual, separado del "otro", una especie de entidad encerrada en una bolsa de piel (aunque imposible de situar en ningún lugar concreto). Es un pequeño espasmo de inteligencia fortuita que se ha identificado con un organismo físico y que por lo tanto depende de éste para su supervivencia. Este yo piensa, construye conceptos, busca el placer y huye del dolor, padece una angustia crónica más o menos velada ante su limitada realidad física en un tiempo también limitado, está convencido de su capacidad volitiva y cree que toma decisiones lo cual desde su punto de vista es cierto.
Pero hay un Yo que trasciende el cuerpo, es el yo que se "da cuenta", el que no tiene atributos, ni forma, ni realidad física aunque reside en el cuerpo temporalmente asistido por la consciencia. Es eso que sabemos que está en el "otro" sin necesidad de explicarlo. No está identificado con ningún organismo, está fuera del tiempo y del espacio, es el fondo de toda manifestación... Aparece cuando el pequeño yo desaparece, está cuando dormimos y no soñamos, está antes del nacimiento y después de la muerte (dos definiciones muy básicas para intentar explicar el asombroso despliegue de la vida en todas sus manifestaciones). Y sobre todo, está a nuestra disposición en todo momento porque es nuestra verdadera naturaleza.
Tenemos la suerte de residir en un vehículo sensible y perfectamente diseñado para experimentar la realidad que no es otra cosa que "lo que es". Más tarde, el pequeño "yo" le pondrá etiquetas, de dará mil explicaciones, lo separará en millones de porciones para verla de una en una, ya que su percepción periférica hace tiempo que dejó de ser operativa, y llegará al convencimiento de que la idea de la experiencia es la experiencia.
La identificación con una supuesta identidad personal, individual y separada, nos trae un montón de conflictos con el "otro" al que no llegamos a entender del todo con quien estamos obligados a convivir en este mundo tan extrañamente extraño desde el punto de vista de una mota de polvo en un espacio inabarcable, etc. De aquí nace la idea de que para ser buenos y ganarnos la aprobación del "otro" haya que querer mucho a las personas, cuando el Amor verdadero surge de la Comprensión de que el otro y yo no somos realidades separadas sino diferentes aspectos interrelacionados de la misma realidad. Cuando esto se comprende en profundidad, la cuestión de amar no requiere ningún esfuerzo. Aparece de forma natural y en toda su pureza. No hay que "hacerlo", porque no hay nadie ahí que haga nada. Forma parte del despliegue natural de la Vida, dentro de la cual aparecen sus diferentes manifestaciones, es decir tú y yo.
Cuando el soldado experimentó en su última hora la falta de horror, no se debió a una especie de autohipnosis póstuma, sino a una liberación de la hipnosis de sentirse una identidad separada encerrada en una bolsa de piel. Ha conectado con la Conciencia en el momento de apagarse, para volver a encenderse con nuevas apariencias, y así se ha dado cuenta de que el que se da cuenta no pertenece al ámbito de lo manifestado, aunque lo manifestado aparece en él, que por cierto, es el Sujeto del que estamos impregnados, tanto tú como yo.
Que cada pequeño "yo" escoja su perspectiva favorita desde su perspectiva favorita. Es una opción disponible en todo momento.
A mi modo de entender, la responsabilidad nunca es excesiva.
Otra cosa son los miedos.Es dicícil desprendernos de ellos.
Aunque ... en algunos casos, también es cierto que hay perosonas que deberían tenerlos en la medida necesaria(por algo están y para algo sirven).
¿Será ese el punto?¿Conocer los condicionaminetos/miedos que nos tienen indefinidamente sujetos a diversas situaciones que no nos permiten escojer desde nuetras perspectivas favoritas?
Conocer (observar y comprender) nuestros condicionamientos/miedos como muy bien sugieres sería un buen comienzo, aunque la observación debería estar libre a su vez de condicionamientos. De esta manera tenemos una información sin colorantes de la cantidad de añadidos que hemos ido colocando en nuestra mente, muchos de ellos sin una revisión consciente y esclarecedora de su verdadera realidad.
Un ejemplo sería observar el miedo. El miedo no tiene una existencia propia más allá de la propia palabra y su definición que suele ser bastante confusa. Cuando observamos sin prejuicios este fenómeno (el miedo), vemos que no encontramos nada más que una reacción física propiciada por la idea de que algo malo nos puede pasar. El sufrimiento no procede del miedo, que es un impulso reflejo natural a lo desconocido que funciona a modo de alarma para preservar la supervivencia del organismo, el sufrimiento procede de la idea que nos formamos de él en virtud de la información de que disponemos acerca de él, pasada por todos nuestros condicionamientos, no confiamos en que el organismo cuerpo/mente resuelva la situación y rellenamos el futuro con los peores presagios.
Pero lo curioso del asunto es que al intentar anticipar de forma poco intuitiva las consecuencias del peligro, obstaculizamos la aparición de los recursos y herramientas que nuestra inteligencia pone a nuestra disposición cuando es necesario (la angustia del animal racional que busca ansiosamente tener bajo control toda situación, anula total o parcialmente su entendimiento, imposibilitando una comprensión clara de lo que ha propiciado ese miedo).
Es decir, que la mente funcionaría mucho mejor sin la obstinada intervención de nuestros condicionamientos adquiridos. Claro está que para una mente fuertemente condicionada, esto supondría abandonar el control en manos extrañas, lo cual es sencillamente un error de apreciación.
La pregunta es: ¿podemos observar el funcionamiento de nuestra mente en silencio y totalmente desidentificados de cualquier idea acerca de lo que es la propia observación sin añadidos previos? Sería la manera de empezar a saber qué pasa con todo esto, sin interferencias y sin filtros. ¿Habría algo que perder?
La respuestas a las dos preg. finales,Sr:Brain Rubio es no en ambas.En la primera deberíamos despojarnos de tantas cosas que sería más fácil creo,volver a nacer de nuevo y tener todo sin estrenar.
Es cierto que el miedo controlado es un mecanismo de defensa que tenemos todas las especies animales pues si no,no sobreviviríamos.Nos pones alerta,el nivel de adrenalina sube y centramos nuestra atención sobre el peligro posible.Demasiado miedo y sin control provoca confusión mental=bloqueo y rigidez muscular=incapacidad de reacción.Somos fácil presa,pues.
Mi caso:un ejemplo simple.Tengo permiso de conducuir desde el año 93.Me lo he renovado.Pero ni lo he estrenado.El miedo(relativo)a conducir actúa positivamente y centra la atención.El miedo irracional,es peligroso incluso para los demás conductores.
Lo de los hijos:a los hijos hay que exigirles que den LO MEJOR de sí mismos.Que lo sepan y lo den.Pero tb.hay que quererlos:hagan lo que hagan,se metan donde se metan y digan lo que digan.SIEMPRE.Sin fisuras.Entre lo primero y lo segundo hay una gran distancia,no se ni yo cuál es.Pero hay que llevarles de la mano,dejando que se caigan y se equivoquen.Sin agobiarles pero que sientan que estás.Conclusión.Dónde está la medida de todas estas cosas para que armonicen y no entren en conflicto.????
Maestro Rubio,cuando hablas de un yo despierto y otro dormido pero que no sueña,eso creo entender,no estás hablando de la famosa teoría del Yo y el Superyo???.Aclara un poquillo,porfa.
Por último,quiero hablar del dolor:nos hemos hecho tan cobardes,que no sabemos tampoco aguantar un poquito el dolor físico ni mental.No quiero hacer apología del masoquismo pero creo que en cuanto nos deprimimos ya estamos tomando algo para superarlo,por ej.en vez de ver una vía de experimentar los cambios y mejorar a través del dolor.
Habéis oído hablar de la resilencia??.Y de la psicología Pop???.Es apasionante.Un saludo!!
No se si recordaréis pero os conté que tuve una experiencia extracorporal hace muchos años. Una noche mientras dormía me vi a mí mismo flotando sobre mi cuerpo, llegaba como de algún sitio. Desde luego no era un sueño y sentí muchísimo miedo.
Fran, yo también creo en algo parecido a lo que planteas pero hoy en día no me pre-ocupa en absoluto, sobretodo después de aquella experiencia tan real, por otro lado, la verdad, tengo tanto que hacer en ésta vida….
Pero sobre esos dos yos ,si lo vemos desde lo que dicen los psicólogos creo que estás hablando de algo muy parecidito al falso self (o Yo pequeñito), y al verdadero self (o Yo grande o Alma).
El Yo tiene que ver con el sí mísmo, con el self y con la identidad.
A un nivel más parametafísico y fuera de lo psicológico, a lo que tú te refieres podríamos llamarlo mejor Otra Dimensión del Ser, por ejemplo, ¿qué os parece?
-“La identificación con una supuesta identidad personal, individual y separada, nos trae un montón de conflictos con el "otro”,
Ya, pero hay que elegir; o conflictos con el otro o hacer síntomas porque estamos en conflicto con “nuestro propio Yo”.
Tus conceptos se impregnan mucho de lo simbiótico ¿no crees?.
-“¿podemos observar el funcionamiento de nuestra mente en silencio y totalmente desidentificados de cualquier idea acerca de lo que es la propia observación sin añadidos previos?
¿Y porque y para qué sería necesario esto, para alcanzar la mirada del robot?. ¿habría algo que perder?. Pues claro, la maravillosa subjetividad, o sea la mirada sincera de otro yo.
Ya sabéis cuando te dicen ”eso háztelo mirar”, es mejor elegir a alguien que esté lo más sano posible, y entonces su subjetividad en vez de distorsionar solamente enriquecerá el encuentro.
-¿Otra vez insistiendo con lo de la tendencia al placer, en fin creo que ya hemos hablado suficiente de éste tema.
Así que lo diré de otro modo, Eros y Tánatos, Eros Y Tánatos, majito.
Wo
-que no sepamos porqué aparece en cada caso no significa que el miedo sea algo irracional. Siempre tiene algún sentido, darnos cuenta de esto es el primer paso para poder desactivarlo. Solo es una barrera de protección a experiencias para las que creemos que no estamos preparados por algún motivo.
La teoría es sobre el Yo, el Ello y el Superyo, ah¡ si¡….. yo también espero encantado a ver lo que nos cuenta Fran al respecto.
-La resiliencia y los patitos feos de Boris Cyrulnik, muy interesante, útil y muy desconocida, un puntazo que lo conozcas
Pero la psicología Pop es un invento tuyo ¿verdad?.
He señalado en dirección a Ello, es todo lo que se puede hacer, pues Ello es incomprensible por definición. No tiene nada que ver con la psicología ni con las teorías acerca del ser, pero en definitiva sólo son comentarios, como los vuestros. Eso que compartimos, que nos es común, que está ahí en todo momento a la espera de ser reconocido, que trasciende nuestras características especiales, e incluso lo que está antes de nuestras palabras, todo eso es Ello.
Me parece importante asegurarnos de que las premisas de las que parto son fiables, y pienso que considerar el "miedo" como una palabra que no tiene consistencia en sí misma no lo es.
Entiendo que el miedo es un acto , una sensación, un estado que además no siempre se produce ante situaciones desconocidas.
Podría ser que el punto se situara (como casi siempre) en el equilibrio de Conocer si el "motivo" que lo produce realmente debe producirlo.
Se trataría de realizar limpiezas de/en nuestros condicionamientos-miedos a través de nuestra propia observación; y ahí los "otros" son de una gran ayuda.
Un aspecto interesante al que Ud. hace referencia a la Intuición desde la liberación del Pensamiento.
Lo tenemos difícil.
Nuestra Cultura nos sitúa en un mundo bastante distanciado de la búsqueda y realización del LO.
Nadie dijo que fuera fácil, aunque el hecho de pensar que es difícil, constituye de por sí un obstáculo. Nuestra Cultura además, como bien dices, viene a complicar aún más el asunto. En otras culturas la identificación con el aparato psicofísico no es tan determinante, y conectar con una dimensión más amplia del ser es bastante más factible. Pero el LO como tú lo llamas es nuestra verdadera naturaleza, enterrada en las profundidades pero asequible desde nuestra consciencia, si la limpiamos un poco de interferencias. Una de las claves podría ser la observación desnuda y silenciosa de nuestros pensamientos. El nivel de identificación baja considerablemente y es posible al menos partir de cero, lo cual no es poco.
No acabo de entender el significado de identificación, no sé si se refiere a los condicionamientos,a las resistencias.
Por otra parte, no veo la necesidad de partir de cero. Siento que partimos desde donde estamos en cada momento y con un sendero ya recorrido, cada cual a "su" manera.
Ya, si, todo eso, pero ¿qué hay de las aventuras de Superyo, Supernormal, Ello y Yo que nos ibas a contar? ¿Es cierto que no se llevan tan bien como se dice y que viven en una isla llamada Teoría? ¿Podría ser Lo otro de sus vecinos o parientes...? ¿La identificación es lo que les pide la poli cada vez que les pillan por la calle, porque la verdad es que tienen un poco pinta macarras?
—A ver, entrégueme su DNI. ¿Qué es eso que lleva en la bolsa?
—Es un boli de cuatro colores
—¿Usted no sabe que si todo el mundo llevase un boli, esto parecería una boligrafería?
—Lo siento, también llevo un guante marrón (en la bolsa)
—¿Usted no sabe que si todo el mundo llevase un guante, esto parecería una guantería?
—No, no sabía nada de todo eso, pero muchísimas gracias, ¿puedo ir a la cárcel ya?
-Yo llevo una flor.Sí,ya sé que si todo el mundo llevase una flor esto parecería una florería,pero olería mejor en la calle y en el bus,etc.
-Yo llevo plantillas,y una peluca de caballero y zapatos de gamuza azul,pero no llevo D.N.I.,simplemente el ADN.Puede valer???.Mañana escribiré algo sobre la psicología pop en mi blog o si no el lunes.Con datos.Existe.Me estoy empapando un libro que trata en parte de ello.
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