4.11.07

EL HOMBRE DEL MEDIO


Al término del discurso de presentación de su último libro y tras largos aplausos, el autor envía a su agente (situado a su derecha), una secreta señal que indica el momento de pasar a las preguntas.

Se da paso a las preguntas.

Uno de los asistentes de la primera fila (el editor) habla:


—Señor Finn, tengo de decirle que ya he terminado de leer los mil quinientos ejemplares de su último libro pero no sé dónde los he dejado, razón por la cual me ha sido imposible releerlos. ¿Para cuándo su próximo libro?
—Para hoy.
—Gracias, ¿se lo puedo comprar ya? Si no le importa voy a ir enganchándolo cuanto antes con esto (un gancho de carnicería soldado a un cable que parece estar anclado en algún lugar de su cadera). Esta vez quiero tener la posibilidad de releerlo. ¿Cuánto cuesta? ¡Le doy mil!

El señor Finn piensa que es un buen momento para ponerse su traje de Super Normal. El baño parece el lugar más indicado para llevar a cabo esa operación.

"¿Me disculpan un instante? He de ir al baño a hacer una cosita que no les puedo decir. Si cuando vuelva no notan nada raro (que es lo más probable), prosigan con sus preguntas y con sus vidas, no es necesario que malgasten su energía en intentar saber que pasó."

La empresa de catering había instalado aquella la mañana un retrete portátil en medio de la sala, en el pasillito que separa el público asistente del estrado.

Finn abre la portezuela de plástico de color verde oscuro, entra y cierra por dentro. Se escuchan ahogados murmullos entre la concurrencia que pronto se extinguen. Los fotógrafos hacen fotos. Quienes habían estado tosiendo, dejan de toser. Una bombilla parece parpadear en el techo durante unos instantes.

Durante un silencio prolongado se oye

ruido de monedas,
rumor de ropaje,
pies descalzos que golpean el suelo a intervalos irregulares,
(como si (él) se subiese a algo y volviera a bajarse varias veces)
sonido de cisterna,
hebilla de pantalón tintineando,
un grifo que se abre y se cierra,

un mecanismo que produce un fortísimo estallido metálico (el público asistente agacha instintivamente las cabezas).


La puerta se abre, y Super Normal sale del retrete portátil dirigiéndose a la tarima mientras se ajusta la chaqueta azul marino de Zara. Se sienta en su silla, bebe un poco de agua y continúa sucediendo.


Super Rara se hallaba al final de la estancia, suspendida en el aire a unos dos metros del suelo y un poco en diagonal con respecto a las paredes. Parece señalar algo con el dedo. De pronto, dice esto en un tono bien audible:

"sèver la ogid ol otsE. Esto lo digo al derecho. Se me ha caído una cosita al suelo y me gustaría mucho que el hombre del medio la recogiese con la lengua y me la entregase también con la lengua. El suelo está limpio de hoy, no se preocupen ustedes".

El agente situado a la derecha de Super Normal, aclara:

"Antes de que se produzca un acto sexual hondo, encendido y sincero, quisiera hacer una pequeña aclaración, aunque no encuentro los términos adecuados. Así pues, lo diré en los términos inadecuados: ¿podrían dejarlo todo en este punto hasta que yo vuelva del baño?, créanme que no me puedo aguantar más. Pero todo esto me interesa tanto que no quiero perdérmelo. Vengo enseguida".

El jefe de prensa sentado a la izquierda de Super Normal hace una sugerencia:

"Yo propongo que continuemos con todo este asunto en el interior del baño. A mí también me han entrado ganas. Quizá la mujer del fondo quiera acompañarnos".

Super Normal concluye:

"He estado en ese retrete hace un momento y por lo que he podido observar, la única manera de agruparnos en el interior del habitáculo sin sacar ningún miembro fuera del mismo, consistiría en formar una X con los cuatro cuerpos".

Todos consintieron.

El retrete portátil se desmontó al día siguiente.

6 dijo:

Anonymous Anónimo dijo...

Esplendoroso!!

Yo diria aún mas....FABULOSO!!

Había quimica, magia y color!

14:20  
Anonymous Anónimo dijo...

Donde estais todos?

Siempre ahí?

10:10  
Blogger fran rubio dijo...

Estif?, ¿eres tú, Estif?

11:31  
Blogger WODEHOUSE dijo...

Aquí la Extraña número tres, que desea saludar a todos los presentes incluyendo a Supernormal enfundado en su impecable Zara, y a Superrara enfundada en su impecable Armani.
Por lo que veo hay más ambiente dentro del WC portátil que fuera del mismo, ¿cabe la posibilidad de que entre o quepa una persona más ahí????, sería un placer poder participar de tan excitante experiencia como experta en exorcismos exógenos que soy; así que ruego se tome en cuenta mi petición. Atentamente: La extraña número tres.

12:17  
Blogger fran rubio dijo...

Creo que no hay problema. Habría que formar una figura XX con ocho cuerpos (haría falta uno/a más), y quizá dejar uno o dos miembros fuera. La puerta habría que dejarla abierta. Adelante con todo.

13:30  
Blogger WODEHOUSE dijo...

No me importaría amputar alguna de mis piernas o eXtremidades inferiores o superiores con tal de entrar en tan eXclusivo cubículo.
un placer.

16:18  

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