LAÍN EL FATUO, "EL AMIGO DE LOS DEMÁS"
(Captura álmica cortesía de Loreto)
Congraciado con los que tienen la gracia, con los que no la tienen, congraciado con los desgraciados. También congraciado con todos los demás.
Laín el Fatuo, “el amigo de los demás”, comía mortadela encima de una tapia. Los niños le miraban y, admirados de lo alto que se había subido ese señor propagaban sus exaltados gritos hasta los rincones más ocultos, aquellos que sirven a los intereses ocultistas de los gatos comunes más huidizos.
La mortadela está muy buena, hace sol en cielo azul y un poco de brisa, dos mujeres verifican bajo un portal la textura de una tela, un taxista muy joven ajusta una foto en el salpicadero junto a un ambientador cuyo diseño humilde está correctamente resuelto. Quizá una rana esté croando…
Cualquiera que ponga la debida atención
puede escuchar una rana ahora.
Qué Gracia.
La panadería está abierta aún a estas horas, y la verdad es que venden muchas otras cositas que parecen apetecer mucho a quienes hacen cola alrededor del edificio esperando su turno. Chucherías, pastelitos, regalitos, pollitos vivos, lencería de muñecos, revistas, libros de cocina, menaje desechable, un mono, herramientas para desatrancos caseros, material pesado de carnicería, gafas 3D, perritos suecos, zapatillas de suela despegable, y muchas otras cositas más.
Laín el Fatuo, salta de la tapia entre estrépito de palomas y botellas de vino espumoso que explotan dentro de bolsas de plástico anónimas, la calle se ha animado de repente. Laín entra en la panadería y alzando un papel pequeño (ticket de turno) con una cifra, dice:
—¡El mil!
La panadera:
—Sí, ¿qué desea?
—Ya que lo dices, te deseo a ti pero no te inquietes, mi deseo es puro y verdadero, un deseo que me conecta a La Fuente ante la mera evocación de tu presencia. Mi deseo es tu bien, que tengas una vida creativa y plena. Deseo fundirme en tu campo aúrico, sintonizar tus canales bioeléctricos, viajar a través de tus células y embriagarme con sus destellos, deseo hacerme mermelada no demasiado dulce en tus fluidos, explorar el Bardo desde lo más profundo de tus úteros…
En este punto el portador del número mil dieciocho exclama:
—Y si yo hubiese sido el que te hizo la pregunta, ¿de qué manera habrías procedido?
Laín el Fatuo dice:
—Pero nosotros no estamos allí.
Todas las bombillas de las farolas circundantes estallaron al unísono en ese momento creando un cortísimo y opaco estruendo, y la estructura acristalada de un balcón apócrifo cayó solemnemente como una estatua antigua sobre un camión de mudanzas unificando los sonidos del cristal y la chapa en una frecuencia desconocida. Los pájaros abandonaron el lugar inmediatamente.
E inmediatamente regresaron…
5 dijo:
El camarón, el camarón es ininteligible, de ahí su estructura bohemia, amores a pares eso es lo importante, si te falla uno, reponlo, adiós mi alma gemela, andaaaaaaa
El amor nunca falla, lo que fallan son los canales, pero éstos sí que pueden ser repuestos aunque con incierta facilidad.
El 94 todavía ronda por nuestras cabezas, querido "hombre que cumple las reglas", seguimos aprendiendo y disfrutando...
Laín sabe que no es deseo sino amor puro lo que siente y un impulso arrebatador de unirse a la Fuente a través de la unión con otro.
Tranquiliza saber que los pájaros vuelven enseguida, tras el estruendo..quizás entonando nuevas canciones.
Es cierto que el amor nunca falla, no sabe de eso, y los canales....se me ocurre que podría ser un bonito oficio el de repadora de canales sintonizadores de amor.
Loreto
Me gustaría poner en mi blog tu texto,¿das tu permiso?
Loreto.
Qué buena lectura, gracias.
El oficio de reparadora de canales es un bien para el mundo, y está al parecer bastante vacante, creo que estás iniciando por ahí con bastante solvencia...
Por supuesto, dispón del texto como te plazca en tu nuevo espacio, que tengas una creativa y feliz andadura.
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