17.12.07

BREVE HISTORIA DE UNA INVERSIÓN


A alguien le ocurrió esto.


"Hace no mucho, decidí comprar un apartamento con garaje y trastero en un barrio de una ciudad pequeña. Pensé que tener el dinero invertido en una vivienda era mejor que depositarlo en el banco y ver cómo este va desapareciendo (una creencia todavía hoy muy extendida).

Una vez comprado, y después de comprobar que todo estaba bien, dejé de hacerle caso. Pensé que sería suficiente con dejar que el tiempo corriese favoreciendo el incremento del valor del inmueble.

Pero resultó no ser suficiente. La vida me ha enseñado que hay que dar valor a las cosas. En caso contrario las cosas se devalúan, de apagan, mueren. Y más aún en el caso de una vivienda, un espacio donde las personas viven. Dejarlo vacío es como clausurarlo.

Y ocurrió que pasado un tiempo, sentí el impuso de ver por primera vez la ubicación del garaje y el trastero habiendo considerado su existencia de forma superficial hasta ese momento. Bajé al sótano 3 y comprobé el número de la plaza y el del trastero. Entonces tuve la idea de abrir por primera vez esa puerta. Introduje la llave, giré la cerradura y como estaba a oscuras no pude ver nada en un principio. Hasta que descubrí un interruptor situado en la pared, al lado de la entrada. Lo accioné, la estancia se iluminó, y vi lo siguiente:

En el suelo había un colchón cubierto con una sábana azul, una mesita baja con algunas botellas de cerveza vacías, un cenicero con colillas, condones diseminados por el suelo y unas cuantas frases escritas en la pared con algún dibujito ilustrativo.

Había frases como éstas

“Siempre serás mi bebé”

"Nunca pensé que sentiría lo que siento
todavía mi corazón te lleva dentro
y yo te llevo en el alma
[*…Te Kiero…*]”

Me quedé un rato largo parado en el interior de ese trastero sintiendo muchas cosas. Una indescriptible ternura, un soplo de aire fresco en medio de un mundo que parecía estar pudriéndose, un oasis amoroso donde el tiempo se para, donde lo único importante es el descubrimiento del amor cuando todavía es puro, un paraíso interior, jardines del alma…

Y también la confirmación de que ese piso había alcanzado su valor más alto. Un piso inadvertidamente habitado, vivido, disfrutado en sus entrañas, en el sótano 3, en el lugar donde se suelen dejar los trastos, un apéndice escondido, acaso soñado.

Dejé todo como estaba, cerré la puerta, y me fui. Por algún motivo sentí que la vida me estaba sonriendo."

9 dijo:

Blogger WODEHOUSE dijo...

Qué bonito es esto.

Ojalá no se les escape la felicidad por la ventana, porque no he visto nunca un trastero con ventana...

11:53  
Blogger fran rubio dijo...

Es lo bueno de los espacios cerrados, que todo queda dentro. Wodehouse, un placer saludarte de nuevo.

12:51  
Anonymous Anónimo dijo...

Es una historia bellísima. Gracias.

16:21  
Blogger fran rubio dijo...

A ti.

17:22  
Anonymous Anónimo dijo...

quisiera haber estado alli...

05:52  
Anonymous Anónimo dijo...

Los panes para unas y las pruebas de amor para otras, como debe ser.
Cada una recibe lo que se merece.
Sonrisas y besos miles.

11:13  
Blogger fran rubio dijo...

Las pruebas de amor para todos.
Sonrisas y besos en abundancia.

11:34  
Anonymous Anónimo dijo...

Es una historia bellísima. Porque todos somos iguales, Gracias.

13:29  
Anonymous Anónimo dijo...

Ya entiendo, amar a tanta gente al mismo tiempo es como no amar a nadie en concreto. ¡¡¡Muchas gracias por tan interesante aclaración, besos y sonrisas sinceras y abundantes, Fran¡¡¡¡

14:23  

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