SUPER NORMAL Y LA MOMIA DE ALEJANDRÍA
Cuando la momia se irguió, los dos egiptólogos que asistían al suceso murieron inmediatamente. Esto fue lo que sucedió a continuación…
—Herb, ¿tú sabes dónde estamos y qué es todo ese ruido detrás de nosotros?
—Pues verás, yo podría organizar el pensamiento en mi cabeza e intentar pasar a palabras una posible respuesta a eso que me preguntas, pero ya no tengo la motivación suficiente, creo que todavía estás, cómo lo diría… al alcance del ruido.
—Bueno, lo del ruido no es que me importe realmente, me conformaría con que me dijeras dónde estamos, ¿lo sabes?
—SÍ, pero ¿cómo podrías saberlo tú por muchos datos que yo te diera acerca del lugar donde estamos? Nunca sería nada más que una réplica incompleta, un recuerdo recordado, un remedo vaporoso de lo que yo sé realmente (a ti te sucede lo mismo con respecto a mí), lo cual no tiene la más mínima importancia al carecer de todo significado.
—Se me ocurre que podrías echarme un cable, creo que no es mucho pedir (buches de culpa condensada).
—Sí a lo primero y sí a lo segundo. Por cierto, sí a lo tercero también si se diese el caso.
—No me abandones…
—Si. Ya que te vas a quedar, tal como observo (entonces no estás muerto), intenta hablar con Super Normal cuando regreses a tu lugar elegido. Y no te olvides de llevarle un regalo (por ejemplo un cinturón marrón ).
1 dijo:
¡Ir hacia la luz¡
¡Ir hacia la luz¡
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