LO QUE NOS DICEN LOS INTESTINOS
Genaro se despide de su mujer a quien besa con brevedad y urgencia. Se ajusta la corbata apoyando tal acción con una mueca espantosa que inmediatamente es restituida a su estado de reposo ordinario. Abre todos los cerrojos, tira de un cordoncito oculto a las miradas incluida la suya, abre la puerta y sale a la calle.
Fuera hay otro sonido, es como pasar de un mundo a otro, pero él no nota nada. Cuando llega a su coche le cuesta creer lo que ve: un señor muy parecido a él cuyo rostro denota sin embargo una mayor altivez, y que va vestido de la misma manera (un traje pardo de caballero y camisa color vainilla) se halla con los pantalones bajados y en cuclillas sobre el techo del vehículo. Todo parece indicar que se encuentra deponiendo.
Genaro da automáticamente la vuelta y regresa a casa como activado por un mecanismo de control remoto, “se me han olvidado las llaves” se dice maquinalmente.
El deponedor, alzando la cabeza como un galápago exclama:
—¿Es este su coche?
—Sí.
—¿Y por qué no entra?
—No quería molestarlo, por mí puede continuar.
—No se preocupe, ya estaba con el grumo final, ¿tiene clinex? Le diré una cosa, he procurado dejarle el muñeco bastante centrado y arrimado hacia la parte delantera. Si espera que se seque (confiemos en que no llueva), puede darle dentro de un par de días una capa de barniz y pintarlo de rojo y blanco. Acompáñese en sus desplazamientos de gritos agudos sinuosos o sople trompetillas de plástico y parecerá que va usted en un vehículo policial. Su familia se sentirá orgullosa.
—Gracias, pero prefiero irme a casa (con la boca pequeña)…
—También podría llevárselo y adoptarlo. Le puede poner el nombre que quiera, a mí no me importa.
—Se lo agradezco de verdad, pero tengo que irme, adiós señor…
—Está bien, le acompañaré a casa y hablaré con su mujer, seguro que llegaremos a algún acuerdo, pero no se inquiete, pues no tendrá usted que ocuparse de nada ya que casi todo será como siempre.
Julia saca a pasear a su perro. Inquieta a causa de alguna circunstancia personal comienza a toser de forma abrupta y discontinua. Poco después lo hace a intervalos cada vez más regulares hasta que acaba estabilizándose en una ronquera permanente mezclada con silbidos ocasionales.
Por fin la tos cesa.
El perro aúlla.
FINAL ALTERNATIVO n1
—Julia, este señor nos quiere regalar un animalito que a mí me parece que puede quedarse en la terraza al menos durante los primeros días.
—¡Envolvedlo en pañuelos y llevadlo rápidamente a urgencias, probablemente se esté desangrando!, ¿pero es que no veis que no le ha dado tiempo a generar piel suficiente?
FINAL ALTERNATIVO n2
—De acuerdo, nos lo quedamos pero entiéndanos señor, el muñeco no ha salido completo, así que tendremos que extraerle el resto antes de que la disgregación sea irreversible, pero no se inquiete, mi marido que ha trabajado en los pozos, tiene todas las herramientas necesarias, y yo le prometo tener mucho cuidado al cerrarle la herida.
7 dijo:
Qué guapa la galleguiña, yo quiero una muñeca como esa que se coma todas las fabas.
Lo bueno es que se las puede comer crudas, así que no hace falta cocinar.
Vaya caca!
Nicasio Fran, a mi me ha aprecido genial.
Para que disfrutes:
http://www.tubewatcher.tv/198
A mi tambien Grosella, solo que visualice la caca y exclame:-"¡Vaya caca!"
Mi pregunta existencial de si somos zurullos, es por lo de los muñecos.
Ya has pasado de todos nosotros, puedes seguir hundiendote hasta el cuello en tu propia porquería cada vez que te apetezca. Pero al menos déjanos al margen, no nos avergüences más.
Un zurullo puede ser un muñeco, y un muñeco puede ser un zurullo.
Nosotros somos la conciencia donde todo eso aparece, a pesar de que podamos identificarnos eventualmente con cualquier objeto del Universo manifestado.
La caca es una parte más del mundo, y además de servir como abono o para alimentar moscas es también una inestimable fuente de información.
Me ha encantado el vídeo.
El comentario de "¿somoszurullos?" me parece perfecto, es una reflexión natural y espontánea, este es un espacio abierto que por su propia naturaleza se halla desprovisto de juicios y condenas. Gracias.
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