14.3.06

DALINDA ON LINE


Dalinda era una de esas criaturas que nos producía una especie de subidas sin bajadas asociadas, aleteos de voluntad ajena viajando muy rápido desde el estómago hasta la nuez, en caso de poseerla (la nuez) y una suerte de sortilegio caía sobre nosotros como lluvia de polvo cósmico. Por lo menos era bonito de ver. Salió del mar una madrugada primaveral con miles de florecillas verdaderamente preciosas (créanme) lloviendo de nubes coloridísimas, un espectáculo funderretinas, pero qué nos importaba con tal de poder seguir contemplándola durante una fracción de tiempo apenas perceptible, acaso soñada. Una sustracción pasada por alto, una presencia arraigada en las nímbalas del mismísimo núcleo terrestre, una idea aprendida y otra robada; pero un señor muy raro mirando desde el interior de un portal muy escasamente iluminado, no. Eso no. Ni siquiera aunque obtengamos como resultado una representación plástica de surrealismo griego. Pero volvamos a la experiencia matinal y prístina. Estamos en una dimensión bastante cercana a ésta. Nuestra situación nos permite observar sin ser ni siquiera advertidos por órganos sensoriaes de seres también como nosotros encerrados en cuerpos, en muñecos de carne, de materia, de texturas. Texturas de información sintética almacenada en bóndalos (algo así como baúles de ultradiseño realizados en aerogel) situados más lejos de lo más lejos que puedas imaginar pero no por ello inaccesibles sino todo lo contrario. Habitan con nosotros y son muy buenos, sólo quieren nuestro bien como los músicos y los que van por las casas haciendo de títeres en fiestas de niños. Esta información es "on" y ahora les voy a dar información "off": Todo es un recuerdo de algo que dejó de existir hace mucho tiempo. Lo recordamos porque nos gusta hablar de ello con voz suave y un pelín afectada, quizá hasta aguda en casos de esterilidad o puenteo de terminales genéticas. También es "off" dejarse ir hasta donde lleguemos si es que ésto cupiera producirse porque en ese mundo huele muy bien y es mucho más fácil asimilar la absoluta falta de significado de cualquier cosa, incluso del concepto de movimiento en sí.
Pero Dalinda solo era un comienzo. Después llegó el darse cuenta de la falta de límites, sin más, un escaloncillo añadido. Y luego ya no hay necesidad ni de darse cuenta de nada. Ya está. A disfrutar todo el rato.

1 dijo:

Blogger Llusilanisa dijo...

Que bella imagen la de Dalinda!

Las evocadoras citas de surrealistas griegos como el desconocido Hercules Sandoval, u otro similar, embellecen a los objetos peligrosos que son observados desde cierta distancia.

En una ocasión fuí atacado por un flexo solar.

He hecho saber de la existencia de este magnífico blog a un ser que habita entre microbios y agentes patógenos. Su nombre puede ser Godotini y es posible que aparezca envuelto en llamas. O todo lo contrario.

Creo que no recuerdo mi nombre.

12:02  

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