13.1.10

TEXTURA 1122


Ya hemos avisado al regenerador.

No me da miedo ese señor, pero a mi hermano un poco sí.
Aunque Abilio no pertenece a la familia, es como de la familia. De hecho él es la familia, y nosotros somos unos agregados semiorgánicos que han tenido la fortuna de ocupar una zona en su campo visual.

El viento nos trajo una noche de invierno a las puertas de su casa en mitad del bosque, estábamos muy cansados y mojados. Había tormenta. Un rayo me cayó justo encima y me dejó un pico en la coronilla. Algunos pájaros pretenden anidar ahí, y a pesar de mis esfuerzos no consigo alejarlos del todo. Es por esto que la gente cree constantemente que me he dado un fuerte golpe en la cabeza. Yo les digo que no, que estoy bien, que tienen razón, que ciertamente hay pájaros revoloteando todo el día alrededor de mi cabeza en punta, pero sin embargo puedo darles fe de que se trata tan sólo de una divergencia entre la idea y su manifestación.

El aguador desde lo alto de la loma, con su capita que llega justo a cubrirle los homóplatos, se ha dado cuenta de que desde allí no se ve muy bien lo que pasa aquí. Después de un rato de fuerte incomodidad, decide levantarse y llevarse la palangana a otro lugar menos concurrido todavía.

EL REGENERADOR

—¿Dónde puedo dejar todas mis cosas sin excepción? Acabo de llegar de un largo viaje, y si no fuese por lo cansado y mojado que estoy, me sentiría mucho mejor sin duda. Decidme qué os pasa.

1. A mí me duele aquí y no se va.
2. A mí no me duele pero me da mucha pena él.

—Sí a los dos. Restregaos esto por las ingles durante un cuarto de hora sin parar un solo instante, (pues tendríamos que empezar de nuevo). Después ya podréis escupir tranquilamente. Hay que cubrir el suelo con plásticos y abrir un hueco en la pared como salida de emergencia por si alguno sale expulsado hacia afuera acaso por una mala reacción a las planchas.

1. Ya no queremos hacer más eso, por favor.
Queremos irnos ya. No nos importa tanto el dolor.
2. A mí me da casi igual pero quiero llevarme a mi hermanito con fiebre a otro lado y luego volvemos.

—Tengo que decir esto:

Vosotros me habéis llamado y yo he venido.

El proceso ya está en marcha.

Un retorno al estado anterior no es real.

Es mejor doblar, pues si no doblas pudres.

Habéis depositado vuestra confianza en mí.

Como entenderéis me reservo el tipo de procedimiento.

En este punto no hay paños calientes.

Sois imprescindibles en esta geometría.

Hacéis lo que creéis que queréis.

¿Es así como deseáis vivir?

2 dijo:

Anonymous Anónimo dijo...

Ambiguo, hermético y... resonante.
Felicitaciones de nuevo por decir no diciendo.

14:30  
Blogger fran rubio dijo...

Gracias por tu fina sensibilidad.

17:12  

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