AQUÍ SUCEDE POR EJEMPLO

El viaje implica movimiento, incertidumbre y atención.

Es indistinguible de la vida excepto en ninguna cosa.

Opcionalmente se puede añadir lo que se desee.
Por ejemplo un cepillo de dientes o un acuerdo.

Las circunstancias y los imponderables del viaje son el viaje.

Cuando alguien se queja de las circunstancias
y de los imponderables,
en realidad se está quejando del viaje.

Sin embargo, la queja posee abundante información acerca de quien la profiere, y una vez procesada y transformada en conocimiento por parte del proferidor consciente, podrán sellarse al fin las aberturas que hasta entonces habían permitido la entrada del autosabotaje.

Así pues, el viaje sigue continuando.

VIAJES EXTERNOS

Es preferible la comida autóctona al sucedáneo turístico,
siempre que el cuerpo dé su permiso.

Y es fácil entender que a nadie le guste encontrarse un ejemplar de la especie de los “camónidos” revolviéndose entre la ensalada.

Este caso es digno de mención, pues el organismo referido es una mutación inconclusa de los legendarios “dictéridos”, singular simbiosis entre insecto y reptil que sólo ha sido referenciado en una ocasión por Abilio “el joven”, quien hace ya cientos de años se dedicaba a la búsqueda de especies exógenas durante sus habituales desplazamientos nocturnos al fondo de los barrancos, aunque tan sólo tras su muerte se pudieron recuperar sus tablas de viaje y un par de odas “a la naturaleza desconocida” bajo su lecho de brezo.

Si alguien se encontrase, cosa en extremo insólita, con el ejemplar mencionado anteriormente evolucionando en una ensalada, el nivel de tolerancia al desasosiego se vería seriamente mermado, pero la experiencia de hallarse ante esa sobrecogedora manifestación biológica compensaría sobradamente el estrés inicial.
El viaje ya habría merecido esa pena.

VIAJES INTERNOS
Este mismo.