CÓMO EMPEZAR YA

(Extraído aleatoriamente de las memorias de Bebé Johnson,
el muñeco que se dio cuenta).

"Lo primero que me viene a la mente (lo que no garantiza su primigeneidad), es que quiero decir algo, aunque lo que más me gustaría es que ese algo fuese dicho sin más, independientemente de las ganas o de las expectativas que tuviese al respecto. Las expectativas, la palabra, suena como a bichos del tipo “orugas procesionarias” o lombrices solitarias, aunque este universo de los bichos que ha surgido a partir del contenido que le he asignado a una palabra no debería distraerme del motivo que ha propiciado este movimiento: experimentar la realización del principicio.

Si bien podría decirse que de todos modos ya he comenzado, la verdad es que me cuesta ver este engendro espontáneo como algo cálido y familiar sucediendo a pesar de mí.

Prefiero estar presente y por ello he decidido empezar ya, lo que de ningún modo supone la realización de la acción de empezar, pero de momento es lo más cerca que me encuentro del empezamiento, que dicho sea de paso suena a empecinamiento, o a emplazamiento, o a que miento en la plaza, y también a la asombrosa leyenda acerca del misterioso emplazamiento de los pezones.

Bien, ya que he adquirido el conocimiento experimentado de estar al borde del principicio, voy a hacer ya lo de empezar a empezar, que suena a empiezar, encastrar piezas, o ponerlas de dos en dos… aunque he de añadir con toda sinceridad que también suena a empezar. ¿Acaso no estará sucediendo ya? ¿cómo saberlo?

También me valdría que me lo dijeran,
aunque no fuera del todo consciente,
del inicio me refiero, del verdadero,
aquello que de pronto es, dejando de ser lo que era.

Ya he empezado.
Me estoy dando cuenta ahora.
Y la verdad es que todo sigue siendo igual de nuevo".