25.5.09

SUPER NORMAL EN LA ZAPATERÍA


—Buenos días caballero, ¿qué desea?
—Unas botas de agua con retén superior ajustable.
—Lo siento, de esas ya no tenemos, ¿ahora me querrá un poco menos?
—No se preocupe, le querré tan poco menos que usted ni lo notará.
—Sí, sí que lo notaré...
—No, la diferencia será verdaderamente inapreciable, créame, pues esa diferencia apenas posee dimensión alguna.
—Pero se da la circunstancia de que soy extremadamente sensible. Le contaré una historia:

Un día, durante un espectáculo de magia camp hicieron desaparecer a mi acompañante, e incluso se llevaron a continuación el asiento que ocupaba. Tras la representación decidí esperar al mago a la salida para pedirle explicaciones, pues sentía mucha tristeza al pensar que regresaría solo a casa. El mago no apareció hasta un buen rato después. Salió por una puerta lateral vestido de calle y sin bigote. En su mano derecha llevaba unas flores y con la izquierda tiraba de un carrito tapado con lonas. Caminaba con lentitud y aparentaba cansancio. Me acerqué hasta él y le dije: “Has hecho eso”, a lo que el mago repuso “sí, es cierto, he hecho eso que dices”. “Entonces deja de hacer eso, por favor”, dije yo, y el mago respondió que sí, que no me preocupase, que “ya le devolveré su anexo biológico en cuanto logre recordar el sortilegio de retroceso”, y añadió: “si me disculpa, ahora no me encuentro muy bien, necesito descansar y además mañana salgo temprano de viaje y no vuelvo hasta dentro de un par de semanas”.

Y así fue, el mago regresó al cabo de dos semanas y me devolvió a mi acompañante quien traía muy buen aspecto, pues como pude observar todos sus eccemas habían desaparecido, ya no cojeaba, y había dejado de emitir penetrantes silbidos al respirar, lo que me hizo pensar que al menos había estado bien alimentado. “A partir de ahora sólo lo sacaré de la caja en ocasiones muy especiales”, decidí sin embargo.

—Sí, no cabe duda, es usted muy sensible.
—Además le he hecho unos cuantos agujeros para que respire mejor, qué le parece.
—Bueno, pues como es usted tan sensible ya le vuelvo a querer igual que al principio.
—Gracias, le prometo que si alguna vez veo por ahí esas botas correré a decírselo y me permitiré disfrutar abierta y prolongadamente de esa extraña mezcla entre goma, tela gruesa y plástico mientras se lo ofrezco como artículo preferente. Sin embargo me gustaría que aclarase si ese retén adaptativo resulta tan efectivo como para justificar la más que sensible diferencia de precio con respecto al artículo original, es decir, con respecto a unas botas de agua normales.